Aún produciendo mayor cantidad de kilos por hectárea, la recría no siempre resulta más rentable cuando se utiliza un mismo recurso forrajero. «Mejorar el margen depende de lograr buenas ganancias de peso diarias durante la etapa de crecimiento y del precio de compra del ternero y de venta del novillito», afirman desde el estudio Elizalde & Riffel.
La cría es la etapa más ineficiente del ciclo del bovino en cuanto a la transformación del alimento en kilos producidos, en este caso de ternero. Por este motivo, se ha sugerido que la recría puede sustituir parte de la cría como forma de aumentar la producción. Sin embargo, que esto se traduzca en un mejor resultado económico dependerá del nivel tecnológico durante el crecimiento del animal y de la relación compra-venta entre ternero y novillito. A fin de brindar información para la toma de decisiones, el estudio Elizalde & Riffel comparó los márgenes de la cría y la recría realizadas sobre un mismo recurso forrajero, mediante un modelo representativo de la región pampeana, con base a datos de empresas asesoradas por los consultores y así lo traduce la publicación de VALOR CARNE.
Eficiencia bajo la lupa
Un 50 a 65% de los requerimientos de materia seca del ciclo biológico del vacuno corresponde a la cría, actividad que utiliza entre 23 a 46 kg de materia seca para producir un kilo de ternero. Por ende, cualquier mejora en la eficiencia de utilización del alimento en esa etapa tendrá un impacto proporcionalmente mayor que algún avance en la recría o en el engorde. Los aspectos que determinan el margen bruto están dados, en especial, por la carga animal, la tasa de preñez, de destete, el peso al destete y el valor de venta de las categorías que se generan (terneros, vacas de refugo, entre otras).
La recría utiliza entre un 20 a 35% de la alimentación del ciclo completo, aunque con mayor eficiencia. Requiere entre 7 a 18 kg de materia seca para producir un kilo de novillito, según el sistema de alimentación que se utilice. Esto se debe a la elevada eficiencia de conversión durante la etapa de crecimiento por la menor incidencia del mantenimiento de los animales. El margen bruto de la recría está afectado por la relación entre el valor de compra del ternero y el de venta del novillito recriado, además de la producción de carne durante el ciclo y la duración de la recría.
Dónde recriar
El modelo propuesto consideró la recría que se hace en campos naturales, pasturas de campos bajos y promociones de raigrás, recursos que puede ser compartidos con la actividad de cría.
Campos naturales: dado su potencial productivo más limitado, sólo podrían destinarse a la recría áreas con buenas especies y en épocas que permitan lograr altas ganancias de peso, pero que coinciden con los mayores requerimientos de la vaca de cría. Sin embargo, con su mejoramiento, aprovecharlos para recriar puede dar resultados económicos más favorables que si se utilizan para ambas actividades.
Pasturas de campos bajos: recursos como festuca y agropiros, consociados con lotus o tréboles, presentan gran variabilidad en calidad y producción. Pueden utilizarse en forma complementaria para cría y recría en alguna época de año, aunque es aconsejable combinarlos con especies anuales utilizadas como forraje verde o diferidos para dar cierta estabilidad al sistema. Lamentablemente, en pasturas de bajos se ha generado escasa información sobre suplementación con verdeos, diferidos, granos y, silajes durante otoño-invierno.
Promociones de raigrás y verdeos de verano: si bien son buenos recursos para recriar, está demostrado que la suplementación invernal mejora la producción individual y por unidad de superficie. En cambio, no hay información sobre el aprovechamiento directo de maíz y sorgo forrajeros realizados en campos no agrícolas, ofrecidos solos o suplementados.
El modelo
El trabajo de Elizalde &Riffel analizó los resultados económicos de la cría y recría realizadas sobre campo criador, mediante el seguimiento de dos variables: la relación compra-venta novillito/ternero y la ganancia de peso durante la recría. La compra-venta surgió de comparar el valor promedio de los novillitos de 1 a 2 años y 2 a 3 años, y de los terneros machos de 180 kg, de todas las ventas del ROSGAN durante 2019. Con esta datos esta relación fue del 86%.
Se tomó como modelo un campo de cría compuesto por 60% de campo natural, 30% de promociones de raigrás y 10% de pasturas perennes, con buenos indicadores productivos considerando que a su vez esos recursos permiten hacer una recría adecuada. La cría tiene un 80% de destete de terneros de 175 kg y el 20% de las vaquillonas de reposición reciben servicio a los 27 meses. En la recría ganan 0,45 kg/animal/día, durante 10 meses y alcanzan los 317 kg a la salida. Todos estos parámetros y una carga de 0,8 EV/ha hacen posible mantener 0,58 vacas/ha en la cría (mas la reposición y los toros) ó 1,37 terneros/ha en recría.
Los precios de venta de los terneros fueron de 105$/kg para el macho y 100 $/kg para la hembra. Cuando el sistema retuvo los terneros machos, una vez recriados, alcanzaron los $90,3/kg, lo que llevó a la relación compra-venta del 86% ya mencionada.
En kilos y pesos
Con estos datos, la producción de carne resultó de 122 kg/ha/año en la cría y de 169 kg/ha/año en la recría, es decir un 38% mayor por sustituir la cría por la recría. Sin embargo, con los parámetros productivos y los precios detallados anteriormente, la cría y la recría tuvieron un margen muy bajo y similar (2 U$S/ha en cría y cero U$S/ha en recría). Cabe aclarar que este margen incluye el costo de oportunidad de la tierra que se estableció en 60 kg Nov INML/ha/año.
En concreto, si bien la recría produjo más kilos, por tener una compra-venta negativa (86% del precio del ternero) no significó un negocio interesante. Para averiguar bajo qué condiciones el margen de la recría puede superar al de la cría, los especialistas realizaron un análisis de sensibilidad que permite tomar decisiones de inversión.
Como se comentó anteriormente, con una relación de compra-venta del 86% y una ganancia de 0,45 kg/cab/día, el reemplazo parcial o total de la cría por recría no generó ningún beneficio económico (valor 0).
¿Cuándo es negocio? Para que la recría sea más conveniente que la cría se deben lograr relaciones de compra-venta iguales a 86%, pero con ganancias de peso superiores a 0,45 kg/animal/día. Sin embargo, no es fácil superar los 0,5 kg/cab/día a pasto en la Pampa Húmeda. Por lo tanto, para que la recría tenga un margen más alto (30 U$S/ha o más), debería trabajarse con relaciones de compra-venta superiores al 88% y ganancias de peso moderadas (0,45 kg/cab/día) o del 86% con ganancias de peso iguales o superiores a los 0,50 kg/cab/día.
El auge de la recría
Muchas veces se analiza la recría como una alternativa para reemplazar parcialmente la cría, utilizando los mismos recursos forrajeros. Es probable que esto pueda darle más kilos al criador y más flexibilidad al sistema, pero desde el punto de vista económico puede cambiar muy poco. También se comenta acerca del buen precio del novillito recriado y del interés por esta categoría, pero hay que ser cuidadoso en analizar si con esto realmente se mejora el margen.
Seguramente, si los indicadores de la cría mejorasen (por ej. porcentaje y peso de destete), se lograría un desempeño superior de la recría como para poder incrementar su margen. En cuanto a la recría en sí misma, se necesita un adecuado nivel tecnológico y un buen valor del novillito recriado para generar beneficios respecto de seguir haciendo cría.