Valentín Cerini trilla sobre trigales a un ritmo de entre 30 y 40 quintales por hectárea. Lo hace sobre lotes ubicados muy cerca de la ciudad de Viale, en Paraná campaña, donde el arranque resultó con muy buena humedad y luego las lluvias cayeron desparejas; nada que en los últimos años extrañe al agricultor promedio entrerriano.
La vocación de ir por más quedó clara cuando en un descanso le contó a Campo en Acción que “la campaña se presentó complicada, igual nos arriesgamos y cultivamos por encima de lo previsto”. Cuando se hablaba de un porvenir signado por las bajas precipitaciones, el hombre decidió avanzar. Para ubicarse en el tiempo hay que precisar que la implantación se desencadenó desde mediados de junio al 10 de julio, el lote venía de una rotación típica, -maíz y soja-. Aplicó herbicidas y sembró ciclos cortos. Fertilizó al voleo con unos 130 kilos de monoamónico y 180 kilos de urea. Su intención es continuar en el lugar con el esquema soja y maíz.
“En comparación, las lluvias fueron raras ya que de un lado del campo cayó bastante más agua que del otro. El lote en general tenía buenas reservas, lo que facilitó mucho el manejo de enfermedades porque hubo muy pocas” relató el protagonista de esta historia ligada a la generación de riqueza para el país y la provincia.
Y por tercer año consecutivo, en otro campo invirtió recursos y tiempo en la producción de coliandro. De su desempeño especificó que “las heladas tardías le pegaron más que al trigo; así que veremos cómo rinde”.
De lo que se viene sumó que pasará de largo la campaña de sorgo para poner atención en el maíz y la soja nomás. Incluso probará con materiales optimos para siembras tardías del cereal porque no puede creer que tal especialidad funcione en Córdoba y Santa Fe y en la provincia se haga desear. De todos modos, sumó que “falta agua para la gruesa, se miran los pronósticos todos los días”. Sentenció que en donde ya implantó las precipitaciones son urgentes atento que en la floración sucederá en unos 10 días. Por caso, paró la siembra de soja de segunda a la espera del agua.
Al dar un panorama más abarcativo, Mario Doce, de la firma Insumos Entre Ríos, dijo que “en la provincia los rindes van de buenos a muy buenos salvo algunas zonas donde afectó mucho la helada o la falta de agua, por ejemplo Victoria”. En resumen,el promedio, en definitiva, será bueno a pesar de los contratiempos, pero hizo zafar a cientos de productores que iniciaron la fina con buenas reservas. El profesional ubicó a los mejores rindes en el norte de la provincia, por encima de los 40 quintales y a los peores en el área sur.
Del devenir de la campaña relató que el abastecimiento de fertilizantes acabó normalizándose y que los problemas de hongos nos se vieron de manera preocupante por aplicaciones apropiadas de fungicidas y sabia elección de variedades. “Hay que seguir de cerca la roya y sembrar variedades resistentes” advirtió.
De la gruesa su relato apuntó a subrayar que “A pesar de que en Entre Ríos venimos con disponibilidades de agua muy bajas, todavía estamos en carrera. En las provincias vecinas el escenario es completamente distinto. De igual modo nos está empezando a apretar el tiempo y si no llueve habrá complicaciones”.
Valoró la excelente implantación de soja de primera sentenciando que para hacer lo mismo con las de segunda el camino es aguardar precipitaciones. Y al cierre de la entrevista dejó una gema para que observen los interesados en innovar: “La rentabilidad que propone el girasol está haciendo crecer el área implantada”.