Para conocer más sobre la cría y comercialización de caballos de salto, actividad poco frecuente en Entre Ríos, Campo en Acción visitó el establecimiento La Ofelia, ubicado en el Distrito Raíces del Departamento Villaguay. Sucedió en el marco del Tour Productivo de cierre de año organizado desde la Asociación Entrerriana de Periodistas Agropecuarios.

Allí dialogamos con el productor Atilio Schneider, quien afirmó: “Hace 30 años atrás me dedicaba al salto y daba clases de equitación, he tenido más de 100 alumnos en el Centro Hípico San Martín de Buenos Aires; era mi fuente de sustento. Luego de un tiempo sin practicar el deporte, compré un caballo para divertirme, y hace dos años compré otros caballos -esta vez de pedigrí- y los revendí; el año pasado compré ocho caballos y vendí siete”.

“Este año se nos dio por empezar por la cría, ya que tenemos algunas yeguas de buenos pedigri y certificados, pero estamos recién comenzando. El hecho de que sea un hobby no quita que uno no quiere sacarle algún tipo de provecho, y además generar una fuente de trabajo: un peón tranquilamente puede convertirse el día de mañana en un gran jinete”; añadió el criador.

A su vez, explicó que, en lo que a la crianza de potrillos respecta, “hoy en día tenemos un caminador, una manga y una pequeña pista. El resto del día los animales están un pedazo de monte que estamos convirtiendo en un parque, para que tengan sombra y comida además del forraje que comen: el año pasado empezamos con estas nueve hectáreas y media de alfalfa, y estamos teniendo un rinde promedio de 100 fardos por hectárea. La idea para este verano es completar 10 hectáreas de alfalfa, que van a servir como forraje pero también para vender fardos; como así también queremos criar conejos aprovechando esa alfalfa”.

Schneider informó además: “Cualquier caballo puede saltar, en los clubes se pueden ver pretorianos, caballos de campo y hasta mestizos saltando. Pero para saltar las pruebas importantes, en general ya hace muchos años que se crían animales de cierta genética. Acá en Argentina por ejemplo, uno de los criadores que mejor ha desarrollado sus animales es el polista Adolfo Cambiasso, quien inclusive ha incursionado en la clonación de caballos”.

“Es una actividad que tiene una rentabilidad importante si el animal tiene buenos genes: un potrillo de tres años de solamente salto en manga, al que todavía falta amansarlo y completar el proceso, puede costar entre 20 y 30 mil dólares”; señaló el productor.