En Estancia San Jorge se entusiasman con su granja de porcinos

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En Estancia San Jorge la producción de vacunos y granos combina muy bien con la de cerdos. La incursión en el mundo de los porcinos los fue cautivando hasta que montaron su propio establecimiento y hoy en día despliegan la actividad con energía. A tal punto que el plan fue evolucionando y ahora el deseo es crecer para duplicar la cantidad de madres.

Magdalena Sarda recibió a Campo en Acción en la explotación ubicada en el distrito Feliciano y de entrada contó que vecinos y amigos los interesaron en el sector hasta que les allanaron el camino para que toda la familia investigue lo necesario en busca de la diversificación.

La idea inicial resultó ser la conversión de proteína vegetal en animal para obtener una mejor rentabilidad general. Un dato motivó en especial y ya en plena labor lo confirmaron: con 2,5 kilos de alimentos producen un kilo de carne de cerdo; en tanto que por el andarivel de los vacunos necesitan siete kilos de granos para obtener uno de carne. “La producción de cerdos todavía no encuentra su techo productivo, todos los años se supera en todo sentido y hay mucho para mejorar” sentenció la productora que accedió a mostrar su esquema de trabajo.

—¿Cuántas madres tienen en producción?

—Esta granja tiene un plantel permanente de 140 madres. Está organizada en tres sitios dentro de cuatro galpones: el área reproductiva donde se alojan las cerdas gestantes y se insemina; la maternidad donde paren y se hace la primera crianza de 21 días; luego se destetan, pasan a la recría 59 días y siguen su desarrollo en el engorde.

—¿Qué modelo de reproducción mejor resultado les genera?

—Trabajamos con cerdas híbridas, cruzamientos de líneas puras; con las madres que tienen mejor desempeño para esta granja. Toda la reproducción es por inseminación. En esta época, por ejemplo, los jueves a la mañana se hace el destete. A las cerdas se las sacan de a una hacia la gestación y ahí quedan separadas, se hace detección de celo y entre lunes y martes se las insemina. Los lechones en edad de destete son conducidos fuera de la maternidad, se los pesa e ingresa en recría. Cada banda tiene entre 10 y 12 lechones. Se agrupan en tamaño y se separan por sexo.

—¿Cuál es el índice de preñez?

—La totalidad de las hembras se agrupan en 10 bandas de 14 madres. Tratamos de llegar a los partos con 12 madres a término.

—¿Castran?

—Se hace inmuno castración a la salida del lechón de la recría y cuatro semanas antes de la salida de la granja recibe una segunda dosis. Este sistema asiste al bienestar animal.

—¿Para obtener la conversión de kilos de carne deseada cómo es la alimentación?

—Se maneja todo desde la planta de alimentos. Usamos ocho formulaciones alimenticias para el proceso productivo completo. Por ejemplo: las madres gestantes consumen una fórmula, las lactantes otra, los lechones reciben cuatro diferentes y en el engorde los alimentos se dividen en desarrollo y terminación.

—¿Es complejo el manejo sanitario?

—Es importante trabajar sobre las madres. El plan de vacunación es completo. Luego en la gestación las madres reciben un plan de vacunación en particular previo al parto. La idea es que los lechones se inmunicen al consumir el calostro. Y las vacunas para proteger contra enfermedades respiratorias son claves.

—¿Imagino que tienen información personalizada de cada ejemplar?

—Si, claro. Toda la información que se genera en la granja se vuelca en un software que usamos para hacer el seguimiento y tomar decisiones de toda clase.

—¿El índice de preñez es el dato más importante?

—El índice de parto por hembra por año es de 2,4. El promedio es de 15,5 lechones nacidos por año. Siempre hay cosas para mejorar, pero el buen funcionamiento de la granja depende de la suma de detalles.

—Un aspecto central en toda explotación porcina es el manejo de efluentes. ¿Aquí cómo es?

—Todos los galpones tienen fosas de material donde se acumulan residuos sólidos y líquidos. Cuando se hace el vaciado ese material va a una laguna de decantación de la granja donde se lo acumula. Este año empezamos a usarlo en las chacras como fertilizante natural y se nota la diferencia en el rinde de los cultivos.

—¿Venden en la provincia?

—Comercializamos unos 310 capones por mes, los cerdos salen con 165 días y 115 kilos. Vendemos en la provincia, en el centro norte en particular y también en Santa Fe.

—¿Está conforme con los precios?

—Al inicio de la cuarentena el valor del cerdo fue complicado. Y luego empezó recuperarse. Hoy estamos un poco retrasados respecto de los valores de los cereales. Hay que tener en cuenta que un buen precio para el kilo de carne de cerdo es el equivalente a 10 kilos de maíz. Además, para que se mueva el precio del cerdo se tiene que mover primero el del novillo.

Daniel Aguilar / Campo en Acción

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