En el Uruguay alertan: “Tenemos que volver a hablar de fiebre aftosa”

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Mientras Brasil y Bolivia celebran su reciente reconocimiento como países libres de fiebre aftosa sin vacunación, un estatus que reconfigura mercados y expectativas sanitarias en toda la región, la República Oriental del Uruguay adopta un tono inusualmente enfático: “Tenemos que hablar de aftosa. Tenemos que hablar más de aftosa”, afirmó el director de los Servicios Ganaderos, Marcelo Rodríguez, tras participar de un encuentro regional en Asunción.

El encuentro, que reunió a autoridades sanitarias de Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay; expertos y representantes del sector privado, analizó los escenarios emergentes en un momento que algunos describieron como “el inicio de una nueva era” para la región.

Rodríguez sintetizó la nueva fotografía sanitaria: “La región es probablemente la mejor del mundo en situación de fiebre aftosa, excepto por el caso de Venezuela, que no ha logrado el estatus de libre de Fiebre Aftosa”.

Con la reciente transición a estatus de libres sin vacunación de Brasil y Bolivia, se incorporan alrededor de 250 millones de bovinos que dejan de vacunarse, , los sistemas sanitarios enfrentan un escenario sin precedentes: mercados más exigentes, mayor escrutinio internacional y un riesgo creciente de introducción de virus exóticos no cubiertos por las vacunas actuales.

Uruguay continúa vacunando, pero carga con una paradoja: demostrar año a año que vacuna sin tener virus, un requisito costoso pero indispensable para mantener mercados. “El comprador dice: si vacunan, demuéstrenme que no tienen aftosa”, explicó Rodríguez.

El desafío no es teórico: la región comienza a operar con nuevos marcos normativos, y la OMSA actualizó recientemente los criterios para la restitución rápida de estatus, la compartimentación y la zonificación, temas presentados en el taller por autoridades técnicas del organismo mundial.

Rodríguez llamó a no distraerse: “Además de la situación epidemiológica de Venezuela, entendemos que el mayor riesgo para Uruguay no es regional, sino extrarregional: proviene de virus circulantes a nivel global, frente a los cuales nuestras vacunas no ofrecen protección”.

La amenaza puede llegar en fomites, cargas marítimas o restos alimenticios de embarcaciones.

El mensaje es claro: Uruguay deberá fortalecer la vigilancia pasiva y activa, reforzar las actividades de prevención y mitigación del riesgo de introducción del virus, y llevar adelante —como está previsto para 2026— dos simulacros nacionales de respuesta a emergencias, uno de gabinete y otro en campo, en coordinación con INAC y el sector privado

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