En el sur del país impulsan a la raza Merino Dohne por la calidad de su carne y fina lana

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Un equipo de investigación del INTA trabaja en un programa de genética con ovinos que busca consolidar el Merino Dohne como base productiva de la región sur de la Argentina. Esta raza combina el volumen de carne de calidad con fibra de alto precio internacional, lo que la convierte en una alternativa estratégica.

La ganadería ovina de la región se encuentra en un proceso de transformación productiva. El atractivo de la raza Merino Dohne radica en que, a diferencia de la mayoría de las razas carniceras que producen lana gruesa de bajo valor, esta variedad ofrece lana fina y carne de calidad. Los carneros adultos alcanzan pesos de entre 102 y 120 kilos a los dos años, lo que se traduce en rendimientos de 49 a 60 kilos de res al gancho.

Asimismo, el experto Ciro Saber sumó que en ambientes con buena disponibilidad de forraje, su desarrollo resulta muy interesante, incluso en zonas áridas donde igualmente se dispone de pasturas adecuadas”.

Otras de las bondades que aporta esta raza es la buena aptitud materna característica importante a la hora de criar y defender a su cordero, y que puede verse muy rápidamente reflejado en la primera generación de la cruza.

En la región patagónica la composición de los rebaños ovinos varía según la zona. En el sur, particularmente en Santa Cruz, conviven las razas Corriedale y Merino. Hacia el norte, predomina de manera marcada el Merino Australiano, aunque pueden encontrarse otras razas en muy baja proporción.

¿Qué es la absorción genética?

El proceso de absorción consiste en realizar cruzamientos sucesivos entre animales de una raza pura (en este caso, Merino Dohne) y hembras de otra raza cercana como el Merino Australiano, hasta lograr que las nuevas generaciones se asemejen cada vez más al MD.

En este proyecto, los primeros pasos se dieron mediante trasplantes de embriones puros de Merino Dohne sobre ovejas receptoras Comarqueña, lo que permitió generar los primeros individuos MD puros. Paralelamente, se incorporaron hembras Merino Australiano de alta calidad genética para iniciar la absorción con machos Dohne puros.

El esquema avanza por generaciones. La primera cruza combinó 50 % de genética de cada raza. Al repetir el cruce de esas hembras con un macho MD puro, se obtiene la segunda generación con un 75 % de genes MD. El proceso se repite hasta llegar a la cruza donde los animales ya pueden ser considerados puro de pedigree si superan ciertos números en los índices de los parámetros de evaluación.

Cada generación es evaluada con criterios estrictos: peso al nacer, al destete, peso pre y post-esquila y medidas de área de ojo de bife, entre otros índices. Las siguientes generaciones de machos de la cruza deben superar los 115 puntos de valoración para ser incorporados como reproductores puros de pedigree, mientras que las hembras requieren más de 100 puntos.

“Hoy el piso de nuestro plantel ya no es el Merino Australiano, sino la segunda generación de cruza, y estamos avanzando hacia la consolidación de las dos siguientes cruzas, esto lo impulsa como una herramienta clave para fortalecer la producción ovina local ya que los números productivos con esta raza han alcanzado hasta el 140 % de señalada dentro del módulo”, concluyó Saber.

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