Evaluar el posicionamiento de unas 21 variedades de trigo en la provincia fue la materia convocante de una visita a ensayos encarados por expertos de la Cooperativa Agropecuaria de Aranguren (Coopar) en el establecimiento Tío Pedro, ubicado en Don Cristóbal, Nogoyá.
La cita, un clásico desde hace unos 15 años, expresó una oportunidad única para ver de cerca la marcha de cultivos logrados a la manera de trabajo del agricultor triguero promedio en la zona.
“El ensayo es con todas las variedades que multiplicamos, ya que seguramente el productor elegirá algunas de las que se muestran ahora para la próxima campaña. Hay de ciclos cortos y largos, con distintas fechas de siembra”, precisó Rogelio Ricardo, responsable Técnico de la entidad.
En rigor, ponderó que trabajaron con la misma fertilización, -“con un poquito más de urea para ver el mayor potencial”-, y una parte del ensayo no tiene fungicidas. Aportó que utilizaron 130 kilos de semillas en ciclos largos y algo más en los cortos. El lote viene de una soja de primera y todo el trabajo está hecho bajo las normas que impone la siembra directa.
“El clima complicó al comienzo con la aparición de enfermedades, pero luego se ordenó favorablemente. Acá hacemos lo mismo que recomendamos al productor” tiró el experto.
Del panorama general dejó saber que la cosecha ya empezó en algunas zonas con rindes que rondan los 2000 kilos y para arriba. Considerando el año, son buenos.
A la conversación con Campo en Acción se sumaron Fabricio Del Cantare e Isidro Silveira, ligados a las áreas de Mercado y Generación HB4 de Bioceres. Ambos expresaron su seguridad en la calidad de los materiales disponibles al indicar que la compañía cuenta con un porfolio muy completo, y que desde el año que viene tendrán disponible a pleno la tecnología HB4. “Lo que tenemos es superador, en todo sentido” subrayó Del Cantare.
El especialista aportó que “en esta campaña los materiales de ciclos cortos tuvieron mejor comportamiento en muchas zonas porque aprovecharon mejor las lluvias”. Y su colega especificó que “el gen HB4, fue muy bien testeado por. El ciclo Niña dejó ver el potencial de esta tecnología; con un impulso de agua ya hace la diferencia”.