Algo así como un centenar de profesionales y productores acudieron al establecimiento La Querencia, ubicado muy cerca de Victoria, para ver el ensayo comparativo de rendimiento de maíz tardío que organizó el Círculo de Ingenieros Agrónomos del Departamento.
El encuentro, que contó con el acompañamiento del Colegio de Ingenieros Agrónomos de Entre Ríos, incluyó una concienzuda recorrida a campo y el acceso a una calicata que les permitió ver “la parte de debajo de los suelos”, por definirlo de alguna manera práctica. Para los estudiosos de la agricultura la propuesta tenía todos los atractivos, incluida un día soleado como promesa de lluvias, cosa que finalmente se concretó.
Juan José Batista llegó desde la Experimental Concepción del Uruguay de INTA para hablar del manejo sustentable del suelo y analizar la calicata. En diálogo con Campo en Acción dijo que “es muy importante ver el interior de los suelos, conocer cómo funciona esa parte subterránea que no es la que vemos habitualmente con los cultivos y que condiciona muchísimo lo que producimos; tanto por captación de agua, degradación y compactación, por ejemplo”.
El experto se concentró en, justamente, la compactación; situación que definió como “un problema generalizado con la difusión de la siembra directa”. Tras cartón él mismo se explicó: “los suelos limosos son susceptibles a ser compactados sobre todo por el tránsito de máquinas que no siempre tienen los neumáticos apropiados. Lo que más compacta es la labor de cosecha, las tolvas en particular. Hacer zonas de sacrificios es fundamental e implementar rotaciones es lo más importante, con plantas dotadas de muchas raíces”.
Sumó, como no podía ser de otra manera, a la erosión que señaló como “el principal proceso de degradación de los suelos”. Determinó que, a pesar de todos los esfuerzos, “incluida la ley de conservación que es muy buena”, el proceso de agricultura continua pone el título de insuficiente a todo paliativo que se intente. Ponderó que “done el agua no llega a infiltrarse empieza a correr y se lleva lo que encuentra, pero si hay cobertura lo que se va es más agua y menos suelos, de ahí la importancia de la rotación y tener el suelo cubierto”.
Pondero que el manejo del agua es fundamental para todo. Es clave. Y apartó “dos dramas”: captar el agua, es decir que entre al suelo y una vez hecho lograda tal cosa ver cómo las raíces la capturan.
César Berardo, técnico Comercial NK Semillas para el Litoral, participó del encuentro en el campo ubicado justo a la altura del kilómetro 96 de la ruta 11, y del ensayo de maíces tardíos dijo que es “excepcional”. Puntualizó que “en esta campaña son muy pocos los lotes que se ven tan bien como éstos”.
En tal aporte se encabalgó para avanzar: “Los maíces tardíos pueden cobrar más superficie en campañas venideras. Hay un lento incremento en la intención de siembra. La realidad es que por falta de humedad muchos productores no pudieron sembrar y los que lo hicieron, en general les fue mal. En cambio, los que sembraron en enero acertaron porque las lluvias llegaron y permiten cosechar”. Avisó que en La Querencia habrá marcas de 7.000 kilos por hectárea, pero también varias más que podrán llegar a los 9.000.
Relató que “estamos cosechando en julio los primeros lotes y en septiembre los sembrados más tarde, en enero, por ejemplo. En años normales en agosto hay lluvias y se complican las cosechas, por eso se deben utilizar híbridos muy adaptados para legar con buen suceso a cosecha”.
Lo cierto es que la empresa que representa propone materiales desarrollados para enfrentar tales vicisitudes. “Nos enfocamos en ese problema, sanidad de hoja y de espiga para que el productor pueda entrar cuando el material esté relativamente seco y no tenga pérdidas”.
El especificar contó que se trata de los NK 842 VIP3 y NK 870 VIP3. “Están posicionados para estos escenarios y son de alto potencial de rendimiento”, remató.
Gonzalo Suez, titular del Círculo de Ingenieros Agrónomos, fue la cara visible de una organización impecable. El profesional argumentó que “la idea de este ensayo viene desde la no oportunidad de siembra de septiembre y terminaos en un tardío. Por suerte fue con buenos resultados”.
Mostraron 35 materiales de 14 empresas. Todo sembrado con un plan de cosecha de 65.000 plantas, bien fertilizado y todos con testigo a la par, de 12 líneas. “Claramente estamos logrando buenos resultados” determinó el experto.