Las exportaciones de carne vacuna en 2019 podrían representar hasta el 25 por ciento de la producción total del país. El año pasado, con ventas externas por 555.503 toneladas (una suba del 78%), según la Cámara de la Industria y el Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (Ciccra) el mercado externo se llevó el 18,2% de la producción. Vale recordar que en 2005, antes del cierre de las exportaciones que aplicó el gobierno anterior, se llegó a exportar el 20 por ciento de la producción.
El dato sobre la performance para 2019 lo dejó Víctor Tonelli, consultor de ganados y carnes, en una charla organizada por la raza Brangus en el predio de Expoagro, y así lo cuenta Mariana Reinke en su nota en LA NACION.
Para llegar a ese porcentaje de exportación, de la venta total de los animales disponibles en el mercado se debe comprar no menos de un 35%. "Porque cuando uno habla de exportación, no se exporta más del 50% del total de la res", explicó el analista.
Además del notable potencial exportador de la carne argentina, Tonelli hizo una comparación de la ganadería de 2018 con el promedio de los siete años anteriores. "Creció un 6% en stock, un 13% en la faena de ganado, un 14% la producción (la oferta de carne disponible en el mercado), pero en cuanto a exportación creció 134% en volumen y 82% la facturación", señaló.
Tonelli afirmó que es importante que crezca el protagonismo de la exportación para que cada uno de los animales volcados a la oferta tenga en la puja a dos compradores (consumo y exportación) y así se levanten los valores de venta.
La Argentina, en el último año, ha producido en torno a seis millones de toneladas en el conjunto de las cuatro carnes más importantes (bovina, porcina, aviar y ovina), de las cuales el 50% corresponde a la vacuna, 37% al pollo, el 11% a cerdo y 2% a la carne ovina.
Según Tonelli, en el mundo en los últimos años la carne tuvo un incremento del 60% en los precios. "La demanda de la carne en el mundo crece a un ritmo en que la producción no alcanza a abastecer", indicó.
El analista consideró que se trata de una vuelta al protagonismo de las carnes vacunas al mundo, sin perder la oferta en el consumo interno. Habla, además, de 2018 como un año bisagra. "Es cierto que fue un crecimiento partiendo del tercer subsuelo, pero la realidad que cuando uno mira el año pasado, no digo que lo pongamos en un marco, pero hay que recordarlo como un año significativo para la producción ganadera", remarcó.