El valor de los cortes vacunos ayudan a que baje la inflación

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Aventuran desde la Fundación Mediterránea un 2024 con menor abasto interno.

“La carne bovina es uno de los productos que más está contribuyendo a la baja de la inflación, a diferencia de lo que sucedía a comienzos del año, cuando su aporte iba en la dirección contraria”. La sentencia integra el último informe de coyuntura divulgado desde la Fundación Mediterránea.

Aportan que en junio los índices de precios coinciden en una desaceleración de la inflación. En las canastas observan que los alimentos redujeron su tasa de inflación, ubicándose por debajo del nivel general, y que algunos rubros importantes, caso de aceites, carnes, frutas y hortalizas, mantuvieron sus precios casi estabilizados

Precisan que, en los últimos dos meses, el precio interno de la carne ha crecido por debajo del 2% mensual. Por detrás de este fenómeno se encuentra un fuerte crecimiento de la producción de carne (que acumula un 10% en el primer semestre), que tiene mucho que ver con la sequía, la falta de pasturas, los problemas financieros y la necesidad de muchos productores de desprenderse de animales (importante aumento de la tasa de extracción de hembras) y acortar los plazos de engorde mediante sistemas intensivos. Se suma también una demanda externa firme en volúmenes, pero con mucho menor capacidad de pago que el año pasado

Los niveles de encierre y los índices de reposición en feedlots garantizan una afluencia importante de animales para los próximos meses. Por tanto, una eventual recomposición de los precios (de cierta magnitud) podría llegar recién hacia fines de la primavera o durante el verano, cuando los corrales se empiecen a vaciar y la demanda interna se fortalezca por factores estacionales

Ponderan en ese contexto la elevada extracción de hembras de este año como un proceso no sostenible y que en algún momento va a revertirse. Aventuran que 2024 podría mostrar un escenario muy diferente al actual, con retención de animales, menor faena y producción, exportaciones sostenidas, menor abastecimiento al mercado interno, y presión fuerte para la suba de precios de hacienda y carne.

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