El Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) alertó sobre un “notable aumento” de la presencia de una enfermedad que afecta a cultivos citrícolas y pidió identificar los síntomas a tiempo para tratar y prevenir futuras floraciones.
Se trata de la antracnosis, una enfermedad causada por ciertas razas del hongo Colletotrichum gloeosporioides, y que produce la caída prematura de frutitos o la podredumbre floral en los cultivos citrícos.
El INTA Concordia explicó que en las últimas campañas “es notable el aumento” de la enfermedad en lotes citrícos del noreste de la provincia, provocando “daños de importancia en lotes de limón y naranjas” principalmente.
El hongo provoca aborto de flores y caída prematura de frutitos, quedando adheridos a la planta los pedúnculos y el cáliz, incluido el disco calicinal, los que permanecen verdes y turgentes por varios meses posteriores a la caída.
Además, la podredumbre floral afecta a todas las variedades comerciales de cítricos, y su daño está asociado con la cantidad de eventos de lluvia consecutivos con períodos de humectación prolongados durante la floración.
Estos síntomas y la aparición de manchas “necrosadas de coloración anaranjado castañas” sobre los pétalos, contribuyen al diagnóstico y futuro tratamiento.
Los primeros síntomas pueden aparecer de dos a siete días después de la infección, con lesiones naranjas en los pétalos y negras en el estigma y el estilete.
Las frutas cítricas recién formadas se vuelven amarillas y caen prematuramente, y luego las copas permanecen atrapadas en las ramas varios meses.
El hongo sobrevive con estructuras de resistencia (apresorios) en tejidos muertos, viejos pétalos infectados, en las hojas de cítricos o malezas; y la lluvia durante la floración transporta extractos de flores a las hojas induciendo al hongo a producir esporas.
Esas flores infectadas producen millones de nuevas esporas de hongos en grandes cantidades, lo que favorece la aparición de nuevas infecciones en otras flores e inicia epidemias graves en los lotes.
El hongo se disemina en ambientes húmedos y temperaturas entre 18 a 27 grados, germinando e infectando flores entre 12 y 18 horas después.
Por eso, el INTA recomendó el control químico durante el pimpollo floral-floración, y el “manejo cultural adecuado” tratando de “uniformar la floración” con el uso adecuado del riego y nutrición equilibrada de los lotes.
Además, el organismo recordó que para toda aplicación se debe contar con la prescripción de un profesional habilitado. (AIM Digital)