El impacto de las lluvias excesivas de esta semana pueden generar daño a la sanidad del trigo de la zona núcleo

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Las intensas precipitaciones registradas en la región núcleo durante lunes y martes sorprendieron por su magnitud. La Bolsa de Comercio de Rosario relevó el nivel de lluvia e informó que los acumulados alcanzaron niveles que superan ampliamente los promedios históricos.

En julio ya se habían medido lluvias récord y agosto continuó con la misma tendencia.

Desde la Guía Estratégica para el Agro remarcan que el principal impacto inmediato será sanitario. El exceso de humedad genera condiciones propicias para la proliferación de enfermedades en los cultivos de trigo, que hasta ahora mostraban un estado muy favorable. Se espera que en las próximas semanas los productores deban intensificar las aplicaciones para evitar pérdidas en la productividad.

Otro aspecto de preocupación está en el noreste bonaerense, donde los acumulados anuales ya se ubican entre los 1.000 y 1.100 milímetros. Este contraste resulta llamativo: en enero la zona había sido epicentro de la sequía más severa del país y hoy enfrenta un escenario opuesto, con un exceso hídrico que amenaza a lotes bajos con pérdidas totales y pone en jaque los caminos rurales.

Desde la entidad también advirtieron que el clima plantea un desafío doble: aprovechar el potencial de rendimientos elevados, pero al mismo tiempo gestionar los riesgos sanitarios y logísticos que trae aparejada tanta humedad.

A corto plazo, los pronósticos indican que un frente frío podría aportar nuevas precipitaciones en zonas del centro y sur de Buenos Aires. Por ello, los técnicos subrayan la necesidad de al menos una semana de descanso en el régimen de lluvias para que los suelos puedan drenar y los cultivos no se vean afectados negativamente por condiciones de anaerobiosis a nivel radicular.

De cara al futuro inmediato, el escenario se presenta con matices. La abundancia de agua asegura reservas óptimas para los trigos y también para la próxima siembra de granos gruesos. Así, la campaña 2025 avanza con un potencial productivo que podría estar entre los más altos de la historia, pero atravesado por un nivel de incertidumbre que obliga a mirar cada frente climático con atención.

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