En nuestra última recorrida por el norte entrerriano llegamos al Establecimiento El Guaraniná ubicado en el Distrito Diego López del Departamento Federal. Allí se realiza un planteo de ganadería sustentable con un manejo holístico integral y a la vez regenerativo de los ecosistemas.

Para conocer más acerca de cómo se desarrolla la actividad dialogamos con Jorge González Vera, productor pecuario titular de establecimiento El Guaraniná quien nos comentó sobre la apuesta al manejo de pastizales naturales:

-- En septiembre va a ser tres años que estamos trabajando en el manejo racional de los pastos con el ganado. Después de la sequía vimos cómo se degradaron los campos y de esa forma empezamos a buscar como regenerar el campo y mejorar la producción.

De esa manera empecé a dividir los potreros y acercar las aguadas, con muchos miedos me encuentro con el profesor Aranguiz quien me dio una mano para comenzar. Empezamos con una producción de 82 kilos, cuando el rinde promedio en el departamento es de 60 Kgs de carne/ha/año, el segundo año a pesar de la sequía anduvimos en 110/120 kilos y este año llegamos a los 147 kilos de carne por hectárea por año.

También quiero contar que venía con problemas de servicios muy largos, por lo que lo tuvimos que acortar y eso nos llevó a perder un poco de preñez pero tenemos más cabeza de parición, más cuerpo y menos cola de parición pero por ahí es una categoría más complicada. El rodeo es de raza Hereford.

“En casi tres años de trabajo pasamos por distintas instancias, pero hoy no vuelvo más al pastoreo continuo. La mansedumbre de la hacienda se nota, es otro el paradigma sin mayores inversiones. Lo que si hay que distribuir mejor el agua, eso es muy importante”- destacó el productor.

Certificación de la Alianza del Pastizal

En septiembre del año pasado nos visitó el certificador quien es el que comprueba el estado del campo, las especies de animales y más que nada la fauna que es la que indica el estado del campo. Así logramos la certificación.

“Esto te lleva todos los años a querer ir mejorando, la idea de este año es ir achicando un poco más los potreros con una mejor distribución del agua”.

A continuación pudimos conversar con Federico Kees y Augusto Arangui- Responsables de Ñu Porá. Ambos profesionales trabajan con el concepto de que los pastizales naturales están constituidos por poblaciones de diferentes géneros y especies -todas adaptadas desde siempre- a las condiciones de los distintos ambientes que hay en nuestros campos naturales del norte de Entre Ríos. En una ganadería regenerativa, obteniendo logros en índices de campos de la zona donde son importantes los logros en Kg. de carne /ha/año, pero la biodiversidad y sustentabilidad de los campos es aún de mayor valía.

En primer lugar Federico Kees hizo una síntesis del planteo que se realiza en este establecimiento:

-- En este y en todos los establecimientos partimos de un diagnóstico, desde ahí sabemos hacia donde planificar. En este establecimiento vimos las especies que hay y de acuerdo a eso se determinó que podía haber 0,7 equivalente de vacas por hectárea.

Siempre tratamos de ser precavidos porque los procedimientos llevan su tiempo. Los trabajos siempre lo empezamos en primavera porque es donde mayor disponibilidad tenemos.

En este establecimiento trabajamos hace 3 años, ya vemos que el ecosistema esta requiriendo nuevos cambios para continuar con la curva de aumentos. En este sentido, los próximos pasos sería una nueva división de los potreros con el objetivo que al productor consiga mayor cantidad de kilos de carne para seguir invirtiendo en el campo.

“Lo más complicado es hacerle entender al productor que por ahí tiene más vacas de lo que puede tener y por esta razón tiene que liberar algunas vacas para las que tenga estén en buen estado y sean estable a lo largo de los años”- subrayó.

Por su parte Augusto Arangui nos comentó sobre las especies existen en el establecimiento:

-- Cuando hicimos el primer diagnóstico haba alrededor de 28 especies pero solamente 6 o 7 descubrían o “dominaban” el tapis vegetal. Hoy tenemos alrededor de 40, esa biodiversidad nos da la seguridad que los ecosistemas se van regenerando.

La idea es que con esta técnica de descanso las especies de mejor calidad (que son las que primero desaparecen con el pastoreo continuo) empiecen a aparecer y así comience a mejorar el nivel de proteína de la dieta y eso indudablemente se convierte en carne de leche.

Esa producción inicial -en este campo- era de 80 kilos de carne por hectárea, después de tres años anduvimos en casi 148 kilos. La diferencia sobre todo es que es una producción totalmente estable.

Si tenemos en cuenta que el departamento Federal el promedio es de 60 kilos de carne por hectárea, Feliciano 58, Federación 62, estamos bastante por arriba de la media simplemente haciendo un manejo particular que trata de concentrar 215 vacas en 251 hectáreas pero concentrarlas en cada potrero de manera rotativo.

“Ese simple manejo nos hizo regenerar el suelo por la cantidad de materia orgánica que cae y diversificar la fauna porque han aparecido distintas especies que anidan en el suelo como las martinetas o patillos”- destacó Arangui.

Manejo sanitario

En lo sanitario se realizan las vacunaciones obligatorias como brucelosis y aftosa, luego se hacen controles reproductivos en toros y vaquillas.

A su vez hacemos suplantación mineral permanente, dicho sea de paso este año hemos tenido más consumo en nuestro rodeo. Esto se hace porque tenemos suelos que son deficientes en fosforo. En este sentido nuestra idea nuestra incorporar materia orgánica del mismo pastizal al suelo para mejorar los nutrientes en suelo.

“Por supuesto hacemos condición corporal en las vacas porque para nosotros toda vaca que entra al servicio con buena condición corporal seguramente va a tener hembras que pasan a ser parición de cabeza y a su vez van a ser madres”- señaló Arangui.

Por ultimo Federico Kees agregó: “Nosotros apuntamos a lograr una vaca con un buen estado de nutrición, partimos desde el pasto para que tenga una disponibilidad y una calidad que la lleve a tener un estado corporal durante todo el año que no este susceptible a las enfermedades. Lo otro es hacer coincidir la época de mayor oferta forrajera con la época de mayor requerimiento de la vaca que es cuando tiene un ternero al pie y volver a servirse y lo logramos en primavera en este establecimiento”.