La mejora en el precio de la carne, por ahora sigue dependiente de las ventas internacionales. Para el consultor Ignacio Iriarte se está exportando alrededor del 30% de lo producido, y éste sería el sector de la demanda que lideraría en el mediano plazo la recuperación de los precios reales del ganado, ya que los bajos salarios y la alta inflación de los últimos meses juegan en contra de la demanda interna y no se vislumbra una mejora bajo este contexto en lo inmediato.
El analista señala que hay una oferta ganadera más baja que un año atrás, pero todavía más alta que en los últimos años normales, como lo fueron el 2021 y el 2022, con una participación de las hembras en la faena (de 48,2% en abril) por encima de los niveles de equilibrio.
Además, destaca que “hay precios reales declinantes, con una exportación en rojo y un consumo doméstico en los niveles más bajos registrados en un siglo. Si bien la faena puede mantenerse relativamente alta en los próximos meses, por el importante volumen de hacienda que se está encerrando, los precios pueden recuperar parte del terreno perdido si la inflación sigue bajando y los ingresos de asalariados registrados y jubilados comienzan paulatinamente a recuperarse”.
Proyectando el mediano plazo, no lo inmediato, Iriarte cree que la esperanza estará puesta en un eventual levantamiento del cepo y en una mejora en términos reales del tipo de cambio. “Se está exportando el 30-32% de lo producido, y éste sería el sector de la demanda que lideraría en el mediano plazo la recuperación de los precios reales del ganado”, subrayó en su reporte mensual para Fifra.
En lo que respecta a los datos de faena, destaca que “la oferta de ganado en abril cae con respecto a igual mes del año pasado -año de la seca-, pero menos de lo esperado. En abril la faena diaria fue de 55 mil animales, mostrando un repunte estacional con respecto al primer trimestre del año, que promedió los 53,9 miles de cabezas diarias, pero bien por debajo de la matanza de abril del año pasado, que fue de 62 mil cabezas por día”. Además, añade que aún existe una faena de hembras que se mantiene claramente por encima de los niveles de equilibrio: en abril la faena de hembras fue del 48,4%, contra el 45,4% de participación promedio de los últimos 24 años para ese mes del año.
Con respecto al año pasado, en abril la faena diaria de vacas cae un 22%, y la de vaquillonas un 6%, mientras que a matanza diaria de novillos se reduce un 9% y la de novillitos un 6%. “Ha caído más la oferta de animales trabajados por la exportación (vacas y novillos) que la oferta de categorías netas de consumo (novillitos y vaquillonas)”, subraya.
En los primeros cuatro meses del 2024 la faena de ganado vacuno ha caído un 8,5% con respecto a enero-abril del año pasado.