Proyectan ingresos al país por más de 30.500 millones de dólares vía exportaciones de granos. Lo cierto es que se estima una producción total de 128,9 millones de toneladas (Mtn) para la campaña 2024/25, apenas un 2% por encima del ciclo anterior. En términos de superficie, el área sembrada de soja aumentaría en 1,3 MHa, alcanzando 18,6 MHa, mientras que el maíz perdería 1,6 MHa (-20%).
La Bolsa de Cereales de Buenos Aires estimó que las exportaciones agrícolas alcanzarían USD 30.568 millones, mientras que la recaudación vía derechos de exportación se proyecta en USD 7.370 millones.
Estas proyecciones se enmarcan en un inicio de campaña favorable desde el aspecto climático, donde las lluvias registradas en noviembre mejoraron las proyecciones previas sobre un escenario Niña para el ciclo 2024/2025.
“Bajo este escenario, se proyecta una producción total de 128,9 millones de toneladas (Mtn) para la campaña 2024/25, apenas un 2% por encima del ciclo anterior, pero un 8% por debajo del récord de 140 Mtn logrado en el ciclo 2018/19. Desde entonces, la producción se ha mantenido en un rango entre 126 Mtn y 131 Mtn, exceptuando la campaña 2022/23 marcada por la sequía, donde la producción se ubicó en 83,6 Mtn2, precisaron desde la Bolsa.
En este contexto, señala que la soja ganaría protagonismo con un aumento del área sembrada de 17,3 MHa a 18,6 MHa, capitalizando la caída del maíz, que perdería alrededor de 1,6 MHa (-20% i.c.) tras los daños causados por la chicharrita en la campaña anterior. Sin embargo, las limitaciones en la inversión tecnológica, derivadas de los bajos precios internacionales y la persistente carga impositiva, restringen el alcance de los rindes potenciales.
“Como resultado, se espera que la producción de soja apenas crezca de 50,2 Mtn a 50,8 Mtn, lejos del récord de 60,8 Mtn alcanzado en la campaña 2014/15”; precisaron en otro tramo del informe.
El girasol y el sorgo registrarían importantes incrementos en su producción respecto al ciclo anterior, con subas estimadas del 14% y 10%, respectivamente. “En el caso del girasol, su precio ha experimentado un aumento significativo en los últimos meses, impulsado por la presión en el mercado de aceites vegetales debido a diversos factores como el incremento en los mandatos de biocombustibles en Indonesia y la reducción de la oferta exportable de aceite de palma, los problemas productivos de girasol en Black Sea y una relación stock-consumo ajustada en los principales aceites vegetales”, señalaron.