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Creció el número de productores que hacen refugios en maíz: pero la mayor parte sigue usando la tecnología de manera irresponsable

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En la campaña 2017/18 la cantidad de empresarios agrícolas argentinos que realizaron refugios al sembrar maíz Bt (resistente a insectos) fue del 33% del total nacional, según datos de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires.

Creció el número de productores que hacen refugios en maíz: pero la mayor parte sigue usando la tecnología de manera irresponsable. Apenas un tercio de los empresarios agrícolas lo hicieron en 2017/18.

En la campaña 2017/18 la cantidad de empresarios agrícolas argentinos que realizaron refugios al sembrar maíz Bt (resistente a insectos) fue del 33% del total nacional, según datos de un relevamiento realizado por el Área de Investigación y Prospectiva Tecnológica de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires.

Si bien se trata de un cifra superior al 23% registrado en 2016/17, aún representa un nivel lejano a la base de 70% que sería necesaria para asegurar la sostenibilidad de la tecnología.

“El 95% de la adopción de híbridos empleados en el ciclo 2017/18 cuenta con eventos apilados (tolerancia a herbicidas + resistencia a insectos), pero no se está cuidando esa tecnología porque apenas un 33% de los productores hacen refugios”, explicó este jueves Juan M. Brihet, coordinador del Departamento de Investigación y Prospectiva, durante la jornada de lanzamiento de la Campaña Gruesa 2018/19 realizada en la sede porteña de la entidad. “Tenemos que mejorar ese número para poder seguir teniendo producciones sustentables a futuro”, añadió y así lo contó el portal VALOR SOJA.

La superficie con siembra directa, que había caído al 91% en 2016/17 debido a la proliferación de malezas problemáticas y excesos hídricos, se recuperó hasta un nivel del 93% en 2017/18.

“En la próxima campaña 2018/19 esperamos que el área de siembra directa se mantenga, en términos proporcionales, en niveles similares a los del ciclo anterior, lo que representaría un millón de hectáreas más en directa”, apuntó Brihet.

En 2017/18 el 59% del uso de herbicidas se hizo con productos no selectivos de amplio espectro, mientras que el 41% restante correspondió a aplicaciones selectivas (un 57% de las cuales se hicieron en preemegencia, un 31% en presiembra y un 12% en postemergencia).

“Rotar los principios activos es una las cuestiones clave para hacer un control responsable de control de malezas, especialmente si vamos camino a producir un récord de casi 126 millones de toneladas de granos en 2018/19”, remarcó el técnico.

En el ciclo 2017/18 un tercio de los productores de sur de Córdoba, NOA y Chaco realizaron cultivos de cobertura, mientras que en el norte de Santa Fe y Santiago del Estero esa proporción fue del 20% y 18% respectivamente. Sin embargo, en la zona pampeana sigue siendo una práctica marginal.

“El control de malezas puede mejorarse con otras herramientas, tales como la aplicación variable de herbicidas o el uso de cultivos de cobertura”, indicó Brihet.

En lo que respecta a la reposición de nutrientes (nitrógeno, fósforo y azufre), en 2017/18 la misma subió para alcanzar un 54% de la extracción estimada por cultivos de cosecha versus un 41% en 2016/17. Eso debido que se dejaron de cosechar unas 29 millones de toneladas menos de granos por efecto de la sequía.

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