En el Instituto Nacional de Tecnología Industrial indican que la avicultura argentina se encuentra entre las más sustentables del mundo. Para concretar tal determinación cuantificaron la huella hídrica en 12 empresas, que en total faenan el 47% de las aves del país. Y dejan saber que el sustrato ecológico de origen natural y animal que queda en las granjas genera múltiples beneficios a la hora de ejecutar un plan de mejora de suelos agrícolas y ganaderos.
Tal materia, -también conocida como guano-, ocupa Carlos Bernhardt para prestar su servicio de mejora de lotes en la provincia. Campo en Acción lo encontró en plena labor en campos ubicados en cercanías de Aldea Santa Rosa - Boca del Tigre, Paraná Campaña. Él mismo describió el propósito de su empresa familiar: “Somos contratistas y nos dedicamos a la limpieza de galpones de ponedoras y corrales de hacienda. Lo producido se utiliza como fertilizante del suelo, que es lo más barato y natural que hay”.
Determinó que, al menos en su zona de influencia, la actividad crece constantemente. Dijo que “empezamos de la nada, cargando guano con una tolva chica y ahora estamos con dos cintas, dos abonadoras, un tractor para cada máquina, una pala frontal. Contamos con todos los elementos y herramientas para servir a los productores. La recolección y distribución es impecable”.
Especificó que la alta demanda abona la expectativa de seguir mejorando, sumando tecnología y eficiencia. “Cumplir con la palabra es fundamental en esta actividad” sentenció y especificó que se trata de “limpiar las granjas como es debido sin romper nada y al distribuir el guano hacerlo en toda la superficie del lote y muy atento a los lugares donde más se lo necesita; lo hago como si el campo fuera propio”.
Gustavo Gareis es uno de los tamberos que contrató a Bernhardt, y si bien en estos tiempos de sequía nada alcanza para mantener la productividad, el hombre sabe que con guano sus lotes cuentan con una cuota importante de fertilización natural.
Además de leche, cultivan granos y crían vacunos. El abono está planteado para asistir al establecimiento en caso de que las demoradas lluvias se precipiten en la zona. “Tenemos 175 vacas en ordeñe y la idea es llegar a las 200 pero con la sequía se complica” confió y complementó: “A pesar del poco pasto que hay y de que se están comiendo las reservas del invierno, estamos en 21 litros diarios por animal”.
Aportó que el déficit hídrico impactó de manera decidida en sus maizales, -“perdimos todo lo destinado a cosecha, se cocinaron las plantas”, dijo y cerró con que “el pozo semisurgente se la viene bancando hasta ahora, pero las aguadas en cambio desaparecieron, nunca vi nada así”.