Control mecánico, químico y nuevas tecnologías para darle pelea a las malezas fue el eje de la jornada que reunió a unos 400 productores, asesores y estudiantes. La cita en la Experimental Paraná del INTA capturó el interés de la concurrencia durante un día completo. Sucede que se ofrecieron variantes de toda clase para resolver situaciones complejas y habituales que atentan contra la rentabilidad de la actividad agropecuaria.

Carolina Sasal, coordinadora del programa Nacional de Recursos Naturales de INTA, aportó que la organización de la jornada surgió “conociendo la demanda de la temática en el sector y también en un momento en el cual desde la Experimental sentimos que tenemos cuestiones para mostrar, que hemos venido probando maquinarias nuevas y distintas tecnologías para poner a conocimiento de la región”.

Precisó que “pensar en las estrategias a futuro es una responsabilidad profesional, de quienes hacemos uso del ambiente, en la confianza que nos deposita la sociedad y hacerlo de forma inteligente es el objetivo”.

Su colega Javier Crespo fue al hueso cuando comenzó su presentación preguntando al inmenso auditorio si creían que los sistemas productivos son sustentables. A partir de esa controversial consulta, hecha sin preámbulos, desató una exposición destinada a repensar las estrategias de manejo. Él mismo complementó: “Se trata indagar, de despertar la curiosidad de quien me estaba escuchando y a partir de ahí conducirlo con el mensaje hacía los resultados, la planifiqué con esa idea de ir directo a una pregunta que tiene algunas respuestas, pero bueno de alguna forma quería despertar esa intriga en el que me estaba escuchando”.

En su opinión, “sabemos cuál es el problema del sistema, de hecho, ninguno de los asistentes levantó la mano ante mi pregunta, o sea que todos consideran que de algún punto los sistemas están afectados y no son sustentables. Entonces ahí está donde entramos a repensar lo que estamos haciendo, para repensar lo que tenemos que hacer y de manera inteligente”.

Hernán Voltolini, titular de El Tatú Maquinarias, sumó que trabajan con INTA desde hace un par de años, “así que estamos muy agradecidos y contentos de participar, realmente nos sorprendió la cantidad de gente joven, mucho estudiante de agronomía, de productores de diferentes lugares de la provincia, así que es una jornada muy positiva donde nosotros pudimos, obviamente mostrar nuestro producto, y bueno eso siempre nos da mucha energía para seguir en este combate de malezas mecánico que se está dando en la provincia”.

Germán Pergomet , gerente Comercial de Giorgi, especificó que presentaron el desmalezador superficial articulado, 35.500 es la denominación: “Son equipos modulares con la característica de que tienen rejas planas que van trabajando a 38 centímetros entre una y otras, y superponen entre sí para lograr una cobertura total”.

Pablo Belluccini, de INTA Marcos Juárez, abordó el manejo integrando de malezas y de la importancia del cultivo de cobertura determinó que “es muy grande porque vemos que aportan beneficios al suelo y en lo que es malezas vemos que las atenúa muchísimo, y hacemos hincapié en que para que logren el objetivo es importante que estén bien instalados en tiempo y forma, esto quiere decir en buena fecha y que a la hora de sembrar o bolearlo que se haga de manera adecuada”.

Andrés Rampoldi, de INTA Uruguay, analizó el control químico de raigrás y definió que “dentro del complejo de malezas que tenemos en los lotes en la provincia raigras no es ajena a darnos dolor de cabeza. La realidad es que la dispersión de la problemática es bastante amplia; y que junto con la problemática de resistencia al glifosato empiecen a aparecer sospechas de otras resistencias al manejo en este caso químico”.

De rama negra habló Diego Ustarroz, de INTA Manfredi: “Es una maleza problemática, todos los años tenemos muchas consultas, en general todas se dan en aplicaciones tarde, es una maleza que nace principalmente en otoño e invierno y en muchos lotes por diferentes razones, no se la aplica hasta septiembre u octubre, y ahí se complica. En aplicaciones tempranas no hay mayores problemas para controlarla”.

Daniel Tuesca, de la Universidad Nacional de Rosario, dio cuenta de las malezas resistentes a herbicidas. ¿Podemos manejarlas o perdimos la batalla? Ése fue el interrogante que intentó responder. Su explicación “Fue un poco disruptiva la pregunta en el sentido de decir la perdimos a la batalla, pero bueno no es tan trágico, un poco la idea era contar lo que nos vino pasando hasta ahora”. Al parecer, juzgó, “creo que sí que hemos ido perdiendo algunas batallas, no la guerra todavía, pero se vienen nuevas batallas y habría que ser un poco más racional para pelearlas”. Sumó que “si bien lo que más se hace para controlar malezas es el control químico ya nos hemos dado cuenta que no es suficiente, entonces es un poco la idea es decir bueno el famoso manejo integrado de malezas es el camino”.

Su colega de la casa de altos estudios Nestor Di Leo, se ocupó de hablar acerca del impacto de las tecnologías digitales en el manejo de malezas. “Lo que muchas veces uno nota es que la adopción de las herramientas disponibles no es lo que uno esperaría, pero la tecnología está”, definió y siguió: “Los avances son incesantes y ahora específicamente en el tema de tecnologías de precisión se ha avanzado a una detección cuerpo a cuerpo de la maleza, o sea que las instrumentaciones de la soluciones son algo concreto, no es ciencia ficción sino todo lo contrario, ya está disponible, esperemos que se difunda porque eso permitiría solucionar problemas agronómicos con respecto a las malezas; por ejemplo cuestiones que tienen que ver con resistencia, a la par de bajar el impacto ambiental y de alguna manera incrementar la aceptabilidad social de la agricultura”.

Y Walter Bianchini, titular de Bianchini Precisión en Agricultura, se sumó a la charla para especificar que “en esta oportunidad pusimos el foco principal en los drones, -si bien trajimos nuestra línea de productos ya conocida como el caso de pilotos automáticos o equipos de siembra“. Ponderó que los drones son fundamentales en la práctica de la agricultura, “y si bien tenemos equipos trabajando desde hace dos años en la provincia vemos un potencial muy grande para crecer, empezamos a ver que el productor, cuando se encontró con esta tecnología, lo empezó usando para una pulverización o algo de eso, pero ahora los vimos sembrar avena, raigrás dentro de la soja antes de que empiece su etapa de volteado de hoja y entonces para nosotros es placentero ver que nuestros equipos el productor lo está usando todo el año”.