El calor de diciembre trajo el inicio de la Séptima Prueba Pastoril del Litoral de la raza Angus, con la admisión de los reproductores que competirán durante 2022 en el establecimiento San Esteban, cercano a la localidad de General Ramírez, en Diamante. En esta nueva edición participarán 25 cabañas que aportaron 52 toros y se destaca la presencia de cuatro establecimientos debutantes.
“Las expectativas se renuevan y la vara va quedando muy arriba. El nivel de los animales se eleva” dijo Julián Pessolani, director de Angus Litoral. En diálogo con Campo en Acción, durante un descanso en las labores de recepción de los ejemplares, el dirigente expresó su satisfacción por la ampliación de horizontes que genera la prueba. Contó que, a la vez que se amplía la cantidad de jóvenes a cargo de la organización, incorporan nuevos cabañeros interesados en poner sus mejores producciones en competencia.
De lo que viene en estos primeros meses aportó que los toros ingresan a pasturas de lotus y son sometidos a un estricto seguimiento sanitario: “El arranque será complicado por el pronóstico calor sequía, pero están en muy buenas pasturas”. Como novedad o rasgo distintivo de esta séptima, avisó que a todos los animales puros de pedigree se les hará genómica, lo que permitirá acceder a toda la información necesaria para determinar su calidad.
Para Eduardo Buccari, de Cabaña Cañada Rica, los lotes son tan excepcionales como parejos. “Mucha gente hace un gran esfuerzo para que esta prueba evolucione. Es importante porque aporta al crecimiento” sentenció al determinar las razones que fundan su participación en la cita.
Miguel Ganis, regente técnico de la prueba, contó que los animales están muy bien y detalló que pocos ejemplares quedaron fuera de la admisión. “La torada es pareja y con el transcurso de la prueba se nivelará para arriba” tiró y especificó que en los corrales el trabajo de admisión incluye evaluación fenotípica, criterio racial, estructura de lomos, conformación, desplazamiento y aplomo posterior. Luego, en la manga, revisan los datos que traen los ejemplares desde sus cabañas y toman datos objetivos como lesiones, circunferencia escrotal y pezuña.
Como Pessolani, hizo énfasis en genómica como una herramienta que el ganadero tiene que utilizan si el plan es obtener altos porcentajes de pariciones y además de ejemplares de calidad. “Se trata de sacarle un ADN al toro para establecer de que calidad de animal se trata, sin fisuras”.