Cané: "El modelo de la carne argentina no es de éxito, hace 50 años que estamos igual"

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El histórico referente ganadero confía en la capacidad de gestión de Domínguez

Para Bernardo Cané, a cualquier programa de desarrollo ganadero con equidad hay que sostenerlo en el modelo creado para combatir la fiebre aftosa de la Argentina. Según la visión del histórico referente del sector, la gestión compartida es la salida.

“El plan aftosa se lanzó hace 30 años en esta época del año, en el mismo salón donde ayer se presentó el plan ganadero y en un momento crítico de hiperinflación” recordó el dirigente que en aquel tiempo comandó el Senasa y lo revolucionó con novedosos sistemas de conducción de los cuales aún se habla por su vigencia.

“La originalidad fue que se replanteó la situación y, en vez de pensar que a los problemas y soluciones de la ganadería los tenían los hombres de gobierno, meros inquilinos de las instituciones, se encaró para el lado de la gestión compartida”, tiró y remató: “Los funcionarios no tienen las verdades; así que acordamos con el sector privado; ruralistas, federados, colegios de médicos veterinarios y demás y todos salimos a trabajar en favor del plan aftosa, pero especialmente los productores”.

En diálogo con Campo en Acción, por LT 14, valoró que aquella iniciativa está actualmente legitimada en el sector fruto de su eficiencia y transparencia: “Administran 100 millones de dólares por año para vacunar y ya van más de 3000 millones en su trayectoria. Ese es el camino. Sin lugar a dudas”. En otras palabras, pide ir por más en el mismo sentido y sentar a las fundaciones en la mesa de decisiones; dándoles el poder de administrar los recursos que, por otra parte, les son propios.

Cané sostuvo su optimismo en el plan ganadero anunciado por el ministro de Agricultura y Ganadería, Julián Domínguez, junto a los jefes de la Mesa de Enlace, en la convicción del funcionario nacional que, dijo, “tomó la posición de construir puentes y no romper. De esta ciénaga se sale hablando, acordando, cogestionando”. Subrayó que “las fundaciones de lucha contra aftosa son el único sistema vigente en Argentina que produce 600.000 visitas a campo por año; hay 230.000 productores en el país que son visitados por las fundaciones para vacunarles. Ese es el esquema”.

Al definir horizontes cercanos analizó que Argentina produce tres millones de toneladas de carne y en el corto plazo debe llegar a cinco en base a la gestión pública y privada. “La rueda ya está inventada, aprovechando la experiencia existente, en tres años podemos mostrar resultados claros en pariciones, retención de hembras, peso de faena y toneladas de carne destinadas a exportación. El negocio de la carne es uno, al consumo interno y las ventas internacionales hay que mirarlos con la misma óptica”.

Entre los tópicos a modificar sentenció que “no puede ser que el frigorífico tipifique el ganado que manda el productor a faena”. Explicó esta situación por medio de una cita del pensador nacional Arturo Jauretche: “`No vayan al almacén con la libreta del almacenero, lleven la propia`”.

Si bien Cané especificó que el rumbo elegido por Domínguez y la Mesa de Enlace es correcto, precisó hacia dónde debe dirigirse el esfuerzo: tener un sistema de extensión, desde las fundaciones, para elevar los nacimientos de terneros y el peso de faena; a la vez que se cuiden las madres. “Seguimos con cero trazabilidad, sin identificación electrónica individual de los animales para evitar revoleos. Nuestro sistema viene de la época de la colonia, con un policía que revisa las marcas de los animales que van arriba de los camiones y si es de noche lo hacen con una linterna”.

Desde su posición, integrada por el mosaico que forman sus roles de productor, dirigente, analista y profesional veterinario, aportó “que el modelo de la carne argentina no es un modelo de éxito, es un modelo de tradición. Hace 50 años que tenemos los mismos datos, no cambian”. Sumó que la población creció en 10 millones de personas y el negocio de la carne sigue igual; sin embargo, ponderó que “por suerte se subió el consumo de pollo y cerdo. Aún con la desgracia de la pobreza estamos entre los países que más proteínas rojas consumen”.

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