La promoción del cultivo de camelina es tan contundente que pocos agricultores quedarán sin analizar la opción de producirla en Entre Ríos cuando despunte el invierno 2023. Sucede que la propuesta viene con un esquema de asesoramiento integral, contrato de compra de la producción y entrega gratuita de las semillas. Nada mal para todo aquel que se plantea una renta adicional; es decir la inmensa mayoría de los productores entrerrianos.
Todas las novedades se conocieron en el lanzamiento concretado en Villaguay, -ante un nutrido grupo de agricultores y profesionales de diversos lugares de la provincia-, a cargo de expertos de las firmas Macro Seed, Camelina Company y Louis Dreyfus Company (LDC).
“La camelina es de invierno, prima hermana de la colza, y entre sus ventajas destaca que es de ciclo muy corto”, definió a Campo en Acción Aníbal Capuano, titular de Camelina Company. El profesional cordobés, con extenso camino recorrido en el desarrollo del cultivo en Europa, llegó a la Ciudad de Encuentros a poner a disposición lo que sabe con el sano propósito de expandir la producción.
Contó que las siembras ideales suceden entre la segunda quincena de junio y la primera de julio; que se cosecha desde finales de octubre y hasta los primeros días de noviembre y que su plan es obtener rendimientos de una tonelada por hectárea. Ponderó que “el manejo es muy asequible al agricultor y la demanda de agua es muy baja, de entre 200 y 250 milímetros” y tras cartón sentenció: “Camelina ayuda en el esquema de rotación con una soja de primera o un maíz tardío temprano porque tiene muy buen encaje por el bajo requerimiento hídrico”.
Su recomendación de restitución de nutrientes en el suelo incluye unos 80 kilos de MAP y 100 de urea, “con eso el cultivo se logra perfectamente”, dejó saber el especialista.
Su colega Darío Girotti valoró el programa de mejoramiento genético al decir que “tras dos años de ensayos elegimos cuatro variedades, una americana y tres españolas; todas primaverales de ciclo corto de entre 100 y 115 días”.
Subrayó que el esquema de asesoramiento es integral: “Acompañaos al productor desde el principio, cuando debe elegir el lote, damos las recomendaciones de fecha de siembra, densidades, fertilizaciones, stand de plantas y llegamos hasta el final para lograr una buena cosecha”.
Acerca de la entrega gratuita de la semilla fundamentó que tomaron tal decisión para que “el productor sienta la confianza de la empresa porque nosotros confiamos en ellos; la idea se completa con asegurar de ese modo la distribución de la mejor genética”.
En cuanto al propósito del cultivo, cuya producción se destina a la elaboración de biocombustibles, dijo que “camelina viene a reemplazar al barbecho, y para producirla es necesario tener en cuenta los herbicidas residuales que vienen de cultivos anteriores, el tipo de suelos y como siempre observar la humedad acumulada. Nuestro acompañamiento va a ser constante”.
Al abordar el modelo de negocio intervino decididamente Pepe Autilio, ejecutivo de LDC, quien destacó: “Nuestra vinculación con el productor es real y concreta, la empresa le pone mucho foco a esa relación porque queremos que al productor le vaya bien y que crezca”.
Por caso, el plan es cultivar 10.000 hectáreas en la campaña de viene y desde esa plataforma ir más lejos. Especificó que “el mercado internacional impulsa la producción de aceites para industrializar biocombustibles con camelina y Entre Ríos tiene un rol que jugar en ese esquema porque aquí los productores son emprendedores, confiamos en su liderazgo”.