Empezó la campaña de siembra triguera en la provincia y la cobertura prevista llega a las 445.000 hectáreas. Para el ministro de Producción, Juan José Bahillo, el nuevo ciclo productivo “debe ser transitado por el camino de la sustentabilidad, producir pensando no solamente en una sola campaña”.
Por su parte, el director General de Agricultura de la provincia, Carlos Toledo, comentó que la perspectiva es aceptable y satisfactoria, pero cifró expectativas en torno al crecimiento del área con trigo.
"Es muy buena la posibilidad de que se incremente la superficie de trigo, y que se incremente la implantación de cultivos de servicio y de cobertura, que acompañen los cultivos de verano; pero también es muy importante pensar en incrementar la superficie de maíz y sorgo. Para la rotación en nuestra provincia, considerando las distintas zonas agroecológicas que tenemos en Entre Ríos.
Es sustancial incrementar la superficie de trigo y otras actividades de invierno, y pensar cómo nos preparamos para la siembra de maíz. No pretendo demonizar a la soja, pero no podemos tener tanta dependencia de un solo cultivo: me parece que ese es uno de los principales problemas que tiene el productor entrerriano".
El funcionario analizó el ciclo productivo en sintonía con el ministro de Producción, Juan José Bahillo, quién aportó: "la provincia comenzará a implementar el programa Productor Agropecuario Sustentable Entrerriano (PASE), ya que debemos transitar caminos de sustentabilidad, producir pensando no solamente en una sola campaña. Necesitamos para eso planificar, proyectarnos hacia el futuro, ver la realidad productiva no en el corto plazo sino en el mediano y largo plazo; y en función de ese plan de trabajo, llevar adelante las distintas producciones", sostuvo.
El titular de la cartera productiva provincial reconoció que “la agricultura incrementó de manera sostenida su superficie de siembra, principalmente de soja, avanzando sobre áreas tradicionalmente ocupadas por ganadería, y con un menor potencial agrícola”.
“Estas transformaciones han generado preocupaciones ligadas a la sustentabilidad de los actuales sistemas productivos, provocando mayores presiones sociales por temas ambientales. En este sentido, un gran peso recae sobre los productores agropecuarios, por el uso y manejo de la tierra, de insumos para la producción, destacándose los conflictos generados por el uso de productos fitosanitarios”, reflexionó Bahillo.
Y agregó que “sin embargo, existen productores que presentan un alto compromiso por el cuidado de los recursos naturales, realizando producciones amigables con el ambiente, donde las acciones desarrolladas son previsibles a partir de la planificación, desarrollo y ejecución de actividades productivas, obteniendo resultados positivos desde lo económico, aportando al desarrollo de sus territorios, comprometidos con las necesidades de sus habitantes, que merecen ser destacados y que su acción tenga efecto multiplicador en el ámbito de la Provincia de Entre Ríos”.
En ese contexto, aportó Toledo, es importante que el productor sepa que el cultivo de trigo es una posibilidad interesante para incorporar dentro de una rotación y para generar una serie de ventajas en el suelo que van a repercutir no sólo en el resultado del trigo sino también en el resultado de los cultivos que se vayan a sembrar después. Así es que "sembrar trigo solamente pensando en la soja que vamos a sembrar a continuación, no debería ser el único elemento; deberíamos pensar el trigo en el marco de una secuencia de cultivos racionales y razonables para la zona, y balancearlo en una superficie junto con los otros cultivos, de modo que podamos diversificar el riesgo; entender que el trigo nos da la posibilidad de contar con dinero a fin de año, eso nos permite hacer frente a las campañas de cosecha gruesa".
Si bien advirtió que la coyuntura marca la escasez de fertilizantes, el funcionario y profesional de la agronomía con trayectoria académica aconsejó: “Es importante que los productores, antes de tomar decisiones sobre las implantaciones de cultivos, consulten con un ingeniero agrónomo; y esa consulta no debe ser preferiblemente una consulta aislada, sino que se debe tratar de generar con un vínculo con el profesional que nos ayude a pensar de qué manera podemos detectar cuáles son las debilidades de la empresa y tratar de ir ajustándose. En ese marco, con las distintas superficies o lotes que pueda disponer el productor, organizar y planificar una secuencia de cultivos que sea la más adecuada para cada una de las regiones de la provincia".
En ese marco el jefe de la cartera productiva entrerriana propuso: "No tenemos que pensar con la lógica del cultivo más rentable, sino con la lógica del cultivo posible y que mejor se adapte a la zona donde estamos; si nosotros logramos empezar a tener esa lógica de abordaje, sin duda vamos a tener algunos cultivos que mejor se adapten a los suelos pesados del norte de la provincia, y otros que se adapten a la zona sur y otras zonas de suelos sueltos. Me parece que es el momento de tratar de salir de esta situación de rendimientos no muy favorables que tuvimos en la última campaña, con la asistencia técnica correspondiente y tratando de hacer una buena planificación“, reconoció Bahillo.
El cierre de la campaña sojera y la importancia de diversificar
Al ponderar el desempeño de la campaña de granos gruesos que se termina, Toledo definió que el cierre sucede con altibajos: algunos cultivos estuvieron más o menos alrededor del promedio, en otros efectivamente ha habido una caída del orden del 15% al 25%. "En ese contexto la soja de primera estuvo más o menos dentro del promedio, y los problemas que estamos observando estuvieron más vinculados a la soja de segunda. Hubo zonas donde tuvo buen rendimiento y otras donde faltó lluvia, lo que obviamente trajo complicaciones. De cualquier manera, yo creo que la enseñanza que nos deja esta campaña es que tenemos que replantear los sistemas de producción que hay en Entre Ríos, y entender que tenemos que empezar a generar acciones para revertir la alta proporción de soja que tenemos en la provincia".
De cara al futuro el funcionario propone incrementar la superficie de gramíneas, tanto de invierno como de verano, de modo de tener un manejo más sustentable y no depender de la soja: "Estamos preocupados porque el resultado final de la campaña estuvo por debajo del promedio, y en algunos lugares con un rendimiento bastante bajo, eso genera una situación de preocupación en el sector que obliga a que todos los actores del sistema nos sentemos a conversar y ver de qué manera se puede revertir su situación y para que podamos empezar a producir otras alternativas productivas, concretamente incrementar la superficie de maíz y sorgo, y tratar de que se baje un poco la dependencia de un solo cultivo, la soja. Es uno de los objetivos del PASE, comentó Toledo".
En relación a la productividad sentenció que los rendimientos aceptables son aquellos que están por encima del rendimiento de indiferencia, de los costos de producción. "Lo que sabemos es que la merma del 25% hizo que el rendimiento de indiferencia esté por encima de lo que obtuvo el productor, por lo tanto, si nosotros analizamos la soja, ésta no alcanzó a cubrir los costos de producción".
Explicó que ha habido lluvias dispares pero que "los productores que diversificaron sus riesgos obtuvieron, por ejemplo, una buena cosecha de maíz, una cosecha regular de soja, y una mala de soja de segunda y en el balance, la situación es distinta de aquel productor que solo sembró soja y que estuvo en una zona de la provincia donde las lluvias no los acompañaron. En ese caso, estuvo por debajo del rendimiento promedio y ahí no cubrieron costos. Por eso insisto en la importancia de pensar en cómo diversificar la producción y que no se apueste solamente a un solo cultivo".