Aumentaron las detecciones de chicharritas en los maíces tardíos cultivados en Entre Ríos

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Como se esperaba para la actual época del año, en que tanto las condiciones climáticas como la presencia masiva de cultivos de maíz son propicios para el desarrollo de la chicharrita, hubo un incremento de la presencia de esta plaga, de acuerdo con el 13° informe de la Red Nacional de Monitoreo de Dalbulus maidis, que relevó 410 localidades de la Argentina entre el 24 de enero y el 7 de febrero de 2025, más 13 de Uruguay. Sin embargo, la situación es marcadamente distinta a la del año pasado.

En Entre Ríos, puntualmente, aumentaron las detecciones, “lo que requiere atención y monitoreo intensivo, sobre todo, en los maíces tardíos”.

“Se trata de un incremento esperable para febrero, pero los valores están muy lejos de la campaña pasada, cuando para esta época en algunos casos las trampas ya podían capturar semanalmente 1.000 chicharritas”, dijo Alejandro Vera, investigador de la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (EEAOC) y coordinador de la Red. “Por otro lado, estos incrementos de menor incidencia que la campaña pasada se dan cuando en gran parte del área los cultivos de maíz están con un estado fenológico en vegetativo avanzado (por encima de V6-V8). Es decir, es muy corta la etapa de susceptibilidad a enfermedades con capacidad de afectar el rendimiento que les queda por delante”. Por otro lado, el investigador destacó que observan que “los lugares donde se hizo algún tipo de intervención de control cuando había baja incidencia de insectos han sido exitosos, con respuestas eficaces en las aplicaciones de productos, y las poblaciones se mantienen a raya, sobre todo en Chaco y Tucumán”.

En el detalle por regiones, se observa que en el NOA se registraron capturas de Dalbulus maidis en el 69% de las 76 localidades relevadas, con predominio de los niveles más bajos (de 1 a 4 y 5 a 20 adultos por trampa). En esta región, donde el Dalbulus maidis es un insecto endémico, se hace fundamental “mantener e intensificar los monitoreos, especialmente en las áreas sembradas que atraviesan etapas vegetativas avanzadas y se acercan al final del período crítico de susceptibilidad al complejo de achaparramiento”. Además, sostuvo el informe, es esencial vigilar las zonas donde se han implementado medidas de control, para evaluar la eficacia y de detectar posibles aumentos poblacionales.

En el NEA, de las 75 localidades relevadas, el 67% registró presencia de Dalbulus maidis, con predominio de las categorías más bajas (1 a 4 y 5 a 20 adultos por trampa). Las localidades con mayor concentración estuvieron en Chaco y Santa Fe, y en el noreste de Santiago del Estero comenzó a detectarse la presencia del vector.

En el Litoral, donde se relevaron 35 localidades, se registró una leve disminución en la proporción de trampas con capturas de adultos (60%). Corrientes presentó, como, en los relevamientos previos, las mayores capturas, y la localidad Mercedes volvió a registrar el valor más alto en la zona. En Entre Ríos aumentaron las detecciones, “lo que requiere atención y monitoreo intensivo, sobre todo, en los maíces tardíos”.

En la región Centro Norte, un 60% de las 74 localidades relevadas no registró presencia del vector, y en las localidades con capturas predominó la categoría más baja (1 a 4 adultos por trampa). “Se recomienda mantener un monitoreo frecuente en los lotes de maíz ya implantados, con el objetivo de mantener bajos los niveles de la plaga, especialmente en las cabeceras de los lotes, donde es más probable detectar de manera temprana la presencia de Dalbulus maidis y poder realizar un control oportuno”, sostuvo el informe.

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