“Yo creo que los productores entrerrianos tienen que acompañar a sus entidades y continuar con el esfuerzo que hacen para evitar que se difunda masivamente la garrapata en sus ganados”. La cita de Atilio Mangold sonó a sentencia cuando habló acerca del camino a seguir para ponerle freno al avance del parásito en la provincia y la región.
El experto, médico veterinario con una extensa y prestigiosa trayectoria en INTA y Conicet, es voz autorizada para abordar la lucha sanitaria y desde esa posición dio su mirada sobre el actual estado de las cosas. “En Entre Ríos tienen que tratar de limpiar los focos actuales, que lamentablemente son un poco más por las sequías y las inundaciones, pero yo creo que se está a tiempo de hacer un esfuerzo y volver a tener menos del 1% de los establecimientos infectados”.
Mangold habló en Villaguay a instancias de la Fundación de Lucha Contra Fiebre Aftosa (Fucofa), la entidad de los productores que ejecuta la lucha sanitaria, y no le esquivó a ningún tema; por ejemplo, el terrible daño que representa para Entre Ríos que Corrientes haya abandonado, literalmente, el combate de garrapatas. “Corrientes abandonó la lucha hace unos años y ahora es dramática la situación” dijo sin metáforas ni adornos.
Valoró la importancia de denunciar, de acudir a Fucofa en busca de ayuda, y dejó una contundente advertencia a los ganaderos: “Esconder la presencia de garrapatas es malo, el que esconda va a perder de ganar muchos kilos de carne y corre alto riesgo de que se le enfermen los animales de tristeza. Entonces, más vale denunciar si ven garrapatas para solucionar el problema inmediatamente”.
—¿Cuál es la situación sanitaria real de Entre Ríos al producir tan cerquita de otra provincia como Corrientes que está completamente sucia de garrapatas?
—Primero quiero decir que no todos los campos en Entre Ríos tienen garrapatas, por suerte todavía es una provincia considerada libre. Depende mucho del compromiso de los productores al combatirla denunciando y de las entidades que acá trabajan bien. Hasta 1999 la campaña de erradicación era nacional, se provincializó, es decir cada provincia podía mejorar lo que se estaba haciendo, y de todas las provincias que tienen garrapatas, la única que trabaja bastante bien, desde mi punto de vista, es Entre Ríos.
—¿Pero hacer las cosas bien tiene premio?
—Como dijiste bien, Corrientes abandonó la lucha hace unos años y ahora es dramática la situación porque tienen muchos bovinos Hereford, que son muy susceptibles. Es una raza británica que nunca convivió con la garrapata y en esos campos muchos productores no tienen herramientas disponibles para combatir. Las pérdidas que le produce la garrapata en sí, más las enfermedades que transmite son muy altas y están alarmados. Yo creo que en Entre Ríos, los productores, junto a la Fucofa y los gobiernos, deberían continuar con el esfuerzo en evitar que se difunda masivamente este parásito y tratar de limpiar los focos que hay; que lamentablemente ahora son un poco más por las sequías y las inundaciones, pero yo creo que se está a tiempo de hacer un esfuerzo y volver a la situación anterior y mantener menos del 1% de los establecimientos estén infectados con este parásito.
—¿Denunciar es el camino?
—Sí obviamente, porque con eso se ataca el problema, se trata de solucionar, se evita que se difunda a los campos vecinos; porque le estamos haciendo un daño al vecino si nuestros animales tienen garrapatas. Ir a Fucofa en busca de ayuda es una excelente decisión porque cuenta con veterinarios y personal entrenado. No tener garrapatas, además, ahorra dinero en garrapaticidas.
—¿Hay información suficiente y disponible para que el productor asuma la responsabilidad de controlar y denunciar?
—Es complicado. Uno siempre trata de hacer divulgación, dando charlas o a través de trabajos y publicaciones, pero es difícil llegar porque es un poco complejo de entender, pero hay lugares como Fucofa donde se puede acercar el productor para ser bien asesorado.
—¿Qué tienen que saber los productores de más de la mitad de la provincia de Entre Ríos que casi no conviven garrapatas? Porque quienes más la padecen son los que limitan con Corrientes y un poco más abajo.
—Qué tienen que ser muy observadores de sus animales cuando los encierran por cualquier motivo, ya sea aplicar un tratamiento. Ahora que viene la campaña de vacunación contra aftosa deben aprovechar a revisarlos para ver si no hay presencia de garrapatas y ante la menor duda o la constatación de que si hay, hacer la denuncia en la Fucofa para que inmediatamente, cuanto antes, se comience una etapa de control y de erradicación para solucionar ese problema. Esconder la presencia de garrapatas es malo, van a perder de ganar muchos kilos de carne y corren alto riesgo de que se le enfermen de tristeza. Entonces, más vale denunciar si ven garrapatas para solucionar el problema inmediatamente.
—¿Hay mediciones de los daños que produce la garrapata?
—La garrapata común del bovino es una plaga muy importante a nivel mundial y en Argentina hace más de 50 años que hay una campaña de erradicación que fue la segunda más exitosa a nivel mundial, la primera fue Estados Unidos. Argentina le siguió porque se lograron erradicar millones de hectáreas, y después llegó un periodo de estancamiento donde se ve en algunos lugares retroceso. La garrapata produce muchas pérdidas por ser un parásito hematofago que se alimenta de la sangre del bovino hospedador y produce muchas pérdidas en ganancias de peso, daños al cuero y otras complicaciones como las bicheras. Además, transmite enfermedades que son muy peligrosas, entonces tener garrapatas en el campo sobre los animales no es ningún negocio. Estudios hechos en cuanto a pérdidas de ganancia de peso nos indican mermas de entre 22 kilos y 44 en un año. Eso es lo que deja de ganar una ternera desde el destete hasta el año siguiente, eso es mucho dinero y no es ningún negocio tener garrapata presente en el campo.
—¿Controlar bien sale caro?
—Hacerlo mal o no hacerlo sale caro. Muy caro. Desde lo económico y lo más importante la salud. Todo garrapaticida está hecho a base de insecticidas o acaricidas y todos tienen, cuando se aplican sobre el animal, un período de residualidad en la carne o en la leche que hace que no se pueda comercializar o no se deba comer ese producto. Hay algunos productos garrapaticidas que obligan a que la carne de ese animal no se pueda comer por más de 100 días y eso también afecta la calidad e inocuidad de los alimentos. Este aspecto es muy importante porque nadie quiere comer carne con tóxicos presentes.