El pequeño escarabajo de las colmenas, Aethina tumida (PEC) es una plaga exótica que representa una amenaza para la apicultura nacional. Está presente en la región desde 2016, cuando se detectó por primera vez en Brasil, y recientemente hay reportes de la presencia en Bolivia, lo que alertó sobre la necesidad de mantener una vigilancia constante ante la posibilidad de ingreso al país y así contener su dispersión.
“El PEC podría causar severos daños en las colmenas”, advirtió Natalia Bulacio Cagnolo, especialistas en sanidad apícola de INTA Rafaela, y agregó: “Por ser un insecto volador su capacidad de vuelo es elevada y el ingreso al territorio argentino no solo puede deberse a enjambres o material vivo, sino también a su capacidad natural de dispersión”.
El PEC se caracteriza porque se alimenta de miel, polen, huevos y larvas de abejas. El estado larval del escarabajo es el más nocivo porque destruye las estructuras de los paneles. “En su sistema digestivo tiene una levadura que al defecar sobre los cuadros ocasiona la fermentación de la miel”, explicó Bulacio Cagnolo.
El protocolo oficial de monitoreo se encuentra disponible y constituye una herramienta fundamental para los productores apícolas ya que contiene las instrucciones específicas para la búsqueda de ejemplares y los procedimientos en caso de sospecha o detección. “Es fundamental hacer vigilancia y buscar los ejemplares adultos del escabarajo en los apiarios y, en caso de encontrar algún insecto sospechoso, notificar rápidamente al Senasa”, destacó la especialista.
Luego de dicha notificación es importante acercar a la oficina de Senasa más cercana los especímenes recolectados en un frasco con alcohol al 96 %.
Además del protocolo, Bulacio Cagnolo puso el foco en algunas recomendaciones para minimizar el riego de infestación de los panales como, por ejemplo: “Mantener colmenas bien pobladas y con reinas jóvenes, ya que la fortaleza de la colonia es la mejor defensa”.
Además, es importante “disponer las colmenas en lugares ventilados y elevadas del suelo, mantener las inmediaciones del apiario limpias y con vegetación baja”. Por otro lado, señaló la necesidad de “no dejar material inerte en los apiarios, retirar los panales falsos, propóleos y restos de detritos de las colmenas”.
Al mismo tiempo, “se debe prestar suma atención al manejo de los espacios dentro de las colonias, tener cámaras de cría y alzas melarias sanas, sin rajaduras o hendijas, en donde pueda esconderse el escarabajo, controlar las prevalencias de Varroa (principal estresor de las colonias); no dejar trozos de panales, propóleos o material susceptible al pillaje en el apiario y mantener los cabezales siempre limpios para evitar la ovoposición de las hembras del PEC”, recomendó Bulacio Cagnolo.
En la actualidad, la Argentina es libre de esta plaga. Por esto, es obligatorio dar aviso a las autoridades sanitarias por cualquier sospecha de ejemplares similares a Aethina tumida. Se recomienda que, en caso de detectar ejemplares sospechosos, “tomar cuidadosamente el ejemplar y colocarlo en un frasco con alcohol al 96 % y llevarlo a las oficinas de Senasa próximas” indicó.
Cómo distinguir al Pequeño Escarabajo de la Colmena
El PEC tiene forma aplanada, mide de 5 a 7 milímetros de alto y 3 milímetros de ancho. Las hembras son ligeramente más largas que los machos. Son de color negro o marrón oscuro. Tiene antenas capitadas (ensanchadas en el extremo). Ambos lados del tórax terminan en puntas. Su primer par de alas no cubren la totalidad del abdomen por lo que se puede observar la porción terminal del mismo. Presenta patas cortas, robustas y aplanadas.
La detección temprana del PEC es fundamental para minimizar el riego de infestación en las colmenas. Para ello, se recomienda realizar inspecciones periódicas en las colmenas con el fin de buscar posibles ejemplares. En general, el Pequeño Escarabajo de la Colmena se ubica en el techo y la entretapa, el alimentador, en los cuadros más externos de la cámara de cría, el piso o alzas melaria.
En cuanto al procedimiento de búsqueda, Proapi detalló: “Primero aplicar humo suficiente por la piquera y esperar unos segundos; luego, retirar el techo de la colmena e inspeccionar la cara interna del mismo, dándole unos golpecitos. Ubicarlo en forma invertida a un lado de la cámara de cría, en una superficie blanca (de ser posible)”.
Y continuó: “Colocar allí el techo, la entretapa, el alza melaria y luego revisar detenidamente la cámara de cría completa, comenzando por los cuadros más externos. Observar detenidamente el alimentador. Por último, revisar el piso y armar la colmena continuando la búsqueda de posibles ejemplares”.
La detección temprana del PEC es fundamental para minimizar el riego de infestación en las colmenas. Para ello, se recomienda realizar inspecciones periódicas en las colmenas con el fin de buscar posibles ejemplares.
Con la reciente detección del PEC en Chuquisaca, Bolivia, en Paraguay y en la frontera con Brasil los apicultores del norte argentino se encuentran en vigilancia constante ante la amenaza de entrada el PEC al territorio y sus consecuencias para la apicultura, debido a su alta peligrosidad.