Accionan la palanca que impulsa a los Almacenes Rurales de Entre Ríos como un producto turístico

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Los almacenes son hoy un atractivo turístico por lo que fueron y representaron.

Los almacenes rurales se suman a la paleta de productos turísticos entrerrianos por medio de una iniciativa legislativa del diputado Juan Navarro que propone una Ley para promocionar su rescate histórico y cultural.

En rigor, en un tramo del proyecto queda consignado que la aspiración es dar categoría de “notable” a aquel almacén, bar o despacho de bebidas de significación; por su antigüedad, diseño arquitectónico o relevancia local que le otorguen un valor propio.

Entre los fundamentos de su propuesta, Navarro describió que Entre Ríos “cuenta con viejos almacenes de ramos generales y despachos de bebidas ubicados en su mayoría en el entorno rural. Pero ya no son muchos los que van quedando, resistiendo el paso del tiempo y la migración hacia las ciudades, afectados en lo económico por el surgimiento de supermercados o autoservicios en los pueblos y por los cambios profundos en los hábitos de la sociedad”.

La intención es dar vida a una comisión integrada por representantes del Poder Ejecutivo provincial, municipios, el área de Patrimonio Histórico de la Provincia y las cámaras empresariales vinculadas al turismo. De acuerdo a la iniciativa, su misión será elaborar y actualizar un listado de almacenes, bares y despachos de bebidas en cada departamento; proponer para los que se incorporen a dicho catálogo proyectos de conservación; y promover la participación de los locales listados en la actividad cultural y turística. En rigor, la Comisión de Turismo y Cultura de la cámara de Diputados tratará este martes el proyecto de ley que dispone la creación de Circuito de Almacenes Rurales de la provincia de Entre Ríos.

En cuanto a precisiones se dejó saber que el plan contempla sumar señalética en rutas y caminos; folletería con las principales referencias de cada lugar; divulgación en plataformas audiovisuales y digitales; en medios gráficos; inclusión de acciones culturales y de identidad rural (sumarlos y ampliar la “Noche de los Almacenes”); caminos de los viejos almacenes de campo por departamento y concursos con historia de boliches.

Consigna el legislador que los almacenes en cuestión son edificios antiguos y de distintos estilos arquitectónicos que marcaron una época, que fueron el lugar para que la familia se abasteciera de alimentos, ropa, artículos de bazar o de combustible, en tiempos de intercambio de producción primaria (huevos o cereales) por bienes con valor agregado (arroz, aceite, yerba o azúcar); pero que también fueron un lugar importante para el encuentro social, para compartir una copa o un juego de naipes. La escuela, la capilla y el almacén conformaron esa foto en sepia de un tiempo que se está yendo, pero que tiene un valor histórico y cultural que no podemos permitir se pierda en el torbellino de la modernidad.

Campo en Acción concretó el rescate cultural de los almacenes desde las crónicas del periodista Guido Emilio Ruberto, quien visitó decenas de establecimientos para conocer los lugares específicos; las historias que transmiten sus espacios vitales; y el testimonio de los propios fundadores, o sus herederos. Si el plan es saber más del asunto, basta escribir la palabra almacén en el buscador de la página web de Campo en Acción para acceder a producciones periodísticas que se pueden definir como piezas únicas en la materia.

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