Como fruto de la fuerte suba de los precios de la carne vacuna, que han aumentado casi 80% desde el primer trimestre de 2018, los productores de pollos recibieron en las últimas tres semanas una fenomenal transferencia de la demanda interna. Roberto Domemech, titular del Centro de Empresas Procesadoras Avícolas (CEPA), reveló que los productores de la principal carne sustituta incluso debieron apelar a sus stock de pollos en cámara para hacer frente a la sustitución de cortes vacunos en el mercado doméstico.
“Se dio una estampida de la demanda, que nos encontró con un peso bajo (de los pollos parrilleros) que veníamos trayendo de los meses de más calor. Pero ahora con este buen clima estamos recuperando peso, porque son las piezas grandes las que demandan los argentinos”, explicó Domenech a BICHOS DE CAMPO.
El presidente de CEPA explicó que hasta ahora hacen frente a esa mayor demanda con las reservas, pues la producción nacional de pollos todavía “es estable”.
“Estamos en una faena de 65 millones de cabezas (mensuales), aunque no es lo mismo tener un pollo de 3 kilos vivos que un pollo de 2,7 kilos, porque en la cuenta te representaría 18.000 toneladas menos. Si se sostiene la transferencia de consumo de un pollo de 3 kilos, este año podemos esperar un consumo de 47 a 48 kilos de carne aviar por habitante por año”, evaluó el dirigente. Sería el consumo per cápita de carne avícola más alto de la historia.
Mientras esto sucede con la avicultura, la carne vacuna está sufriendo una fuerte caída del consumo interno, que se acerca peligrosamente a los 50 kilos anuales por habitante. En este escenario, la brecha entre las dos carnes más consumidas en el país es la más corta de la historia.
Domenech le quitó dramatismo a la situación. “Está dentro de la lógica. Hay que darle importancia y valor a la mesa de las carnes y la diversificación de oferta y consumo”.
El dirigente de CEPA indicó que el sector avícola se preparó mucho para esta situación. “Hay cada vez más productos y tienen mayor demanda del consumidor en las góndolas, lo que marca -junto a la seguridad e higiene- una tendencia a dejar de a poco el pollo entero para entrar en trozos y preparación en pre cocidos y cocciones. Esto hará que se entregue el pollo listo y congelado para pasar por el microondas”.
La mayor demanda interna convive con una recuperación de las exportaciones de carne aviar. Domenech explicó que desde octubre pasado “ya pisamos las 20.000 toneladas mensuales exportadas, lo que nos permite prever que podríamos llegar a las 250.000 toneladas exportadas para 2019”.
En este escenario, el presidente de CEPA sostuvo que “el atraso más grande en nuestro caso viene del lado de las inversiones, en la renovación de galpones y en plantas de alimento balanceado. Todo eso repercute en la eficiencia de la cadena. Hoy no tenemos forma de pensar en cómo financiar un galpón”.
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