El fuerte crecimiento de la producción de carne bovina en Argentina tiene un costado peligroso: la faena de hembras se ha elevado a su valor más alto desde la fase de liquidación récord 2007 y 2009, cuando el stock ganadero se destruyó como consecuencia de las políticas intervencionistas de la gestión anterior kirchnerismo.
Según la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (Ciccra), en diciembre la participación de las hembras llegó al 48 por ciento del total faenado. Así reza el articulo publicado el AGROVOZ.
De esto modo, vacas y vaquillonas promediaron un 45,5 por ciento de participación en todo 2018.
En total, el año pasado se sacrificaron 6,08 millones de hembras, lo que implica un crecimiento del 12,5 por ciento; una tasa diez veces más alta que el 1,2 por ciento que se incrementó la faena de machos (7,3 millones de cabezas).
“Traccionada por la demanda externa (China/Rusia), la faena de vacas creció 18,4 por ciento entre 2017 y 2018. Asimismo, la restricción crediticia local llevó a los productores ganaderos a desprenderse también de vaquillonas, cuya faena creció 22,8 por ciento anual en el último año, elevando su participación en la faena total de 10,4 por ciento a 12,1 por ciento entre 2017 y 2018”, argumentó Ciccra.
Envía tu comentario