El Ingeniero agrónomo Julio Butus, fue hasta su retiro, docente de la escuela agrotécnica Las Delicias, participó de Campo en Acción radio, y comentó las dificultades que atraviesa el sector lácteo.

En este sentido, señaló que lo que está ocurriendo con la lechería es algo repetitivo, ya se ha vivido en otras ocasiones y con peores condiciones. Este año (2016) la situación fue complicada ya que se juntaron dos cosas, por un lado la mala relación precio de la leche con el precio de los insumos y por el otro las abundantes lluvias del pasado abril.

Para Butus, “esto provocó que se pierdan praderas, sumado a que las vacas venían mal comidas debido a la suba en los precios del alimento balanceado y a la baja en el precio de la leche”. El profesional recordó que en este entonces, el maíz tenía un costo de $3, mientras que el valor de la leche había caído a $2,60; lo que hacía una relación imposible.

Expectativas para el 2017

Para este año se espera muy buena cosecha de maíz, el productor ha sembrado muchas hectáreas de maíz y por suerte no se cumplieron los pronósticos de los pulsos secos. Se estima que el maíz va a tener una baja en el precio – ahora está hoy por arriba del valor internacional- va a quedar en el orden de los $2. Por su parte la leche va a seguir aumentando debido al precio internacional de la leche en polvo y a la falta de leche en el mercado interno.

Se estima que se duplicó la taza de cierres de tambos en 2016 ¿Cómo es la situación en Entre Ríos?

“Acá no se ha dado esa situación porque los tamberos son ellos mismos los que producen, es una producción familiar. Hay algunos tambos grandes que si trabajan con personal pero son estructuras más grandes, que pudieron sostenerse porque tuvieron la posibilidad de sustentarse con la agricultura o con otra actividad. Yo creo que lo peor ya pasó, la tendencia cambio y se está viendo una luz de esperanza que le va a dar un respiro a los tamberos, que están muy endeudados”.

Una actividad promocionada por el Estado

En otra línea Butus señaló la preocupación por los jóvenes que no ven futuro en esta actividad. “Muchos hijos de productores familiares prefieren abandonar la actividad y trasladarse a la ciudad para buscar trabajo.” Por esto, sostiene que esta actividad debería ser promovida por el Estado, para evitar el desarraigo en las colonias que es lo que le da vida al territorio, además porque si no, son las grandes empresas las que reemplazan esos tambos.

“En situaciones de crisis el Estado no puede estar ausente, porque el pequeño y mediano productor no tiene otra actividad, no tiene la “espalda” financiera ni puede hacer reservas para las épocas de baja o negativa rentabilidad”, afirmó.

Para este ingeniero agrónomo, “habría que tener un sistema de apoyo para superar esos momentos que el productor por sus propios medios, no lo puede sostenerlo”.

Haciendo referencia a los niveles de productividad en la región, el Butus manifestó que se han logrado muy buenos resultados, muy similares a los que tiene la zona núcleo (Santa Fe, Córdoba y Buenos Aires). Lo que ocurrió en los dos últimos años cuando el precio de la leche comenzó a caer y los granos comenzaron a aumentar es que el productor buscó diferentes alternativas: algunos pudieron sostener las vacas en buen estado corporal, vendiendo animales que le permitieron subsidiar el quebranto, otros pagaron con el estado corporal de los animales, es decir dándole menos de comer, esos son los tambos que cayeron mucho en la producción individual y en relación cayó la productividad por hectárea del establecimientos; y otros se endeudaron para poder solventar la crisis.

Redacción Campo en Acción