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Análisis Ganadero Actualidad

El consumo débil, como nunca en los últimos 10 años

El precio del novillito, entre 350 a 400 kilos, subió desde enero del año pasado un 58 por ciento. El escenario muestra oferta baja, consumo en caída, precios altos para el ganado y para la carne.
05/02/2016 10:01 hs

El precio del novillito, entre 350 a 400 kilos, subió desde enero del año pasado un 58 por ciento. El escenario muestra oferta baja, consumo en caída, precios altos para el ganado y para la carne.

En un mercado conmocionado por la devaluación del peso y por la caída del consumo, se insinúa ahora el efecto “marzo”.

Lentamente va volviendo a las grandes ciudades la gente de vacaciones y la demanda se reactiva, por ahora tímidamente.

La oferta ganadera sigue reducida: en el bimestre noviembre-diciembre fue un seis por ciento más baja que el año anterior y en enero se ubicó un 7,7 por ciento por debajo del año pasado.

El protagonista, para bien y para mal, sigue siendo el consumo interno, ahora tan deprimido.

En diciembre, con exportaciones de sólo 12 mil toneladas, los embarques al exterior representaron sólo el cinco por ciento de la demanda, porcentaje que se habría repetido en enero.

La exportación todavía no arranca, y si bien sus ingresos han mejorado sustancialmente (60 por ciento), gran parte de esa mejora ha sido necesaria para salir de una situación inéditamente difícil, con un novillo que a principios de diciembre era (en dólares) más caro que en Estados Unidos o Europa.

Ha mejorado también, de la mano de la devaluación, el valor del cuero (55 por ciento) y el crédito bruto de matanza, pero la oferta de vacas y novillos es restringida y el valor de la hacienda ha comenzado a subir nuevamente de la mano del efecto “marzo” y de la escasez.

Aunque la devaluación ha sido mayor a lo esperado, el atraso cambiario acumulado era tan grande que todavía el novillo argentino, en 3,30 dólares por kilo en gancho, es más caro que en el Uruguay (donde cotiza a tres dólares el kilos), Brasil (2,35 dólares) o Paraguay (2,40).

Se espera un incremento de las exportaciones, a partir de los muy bajos niveles de diciembre-enero, pero este proceso se dará muy lentamente.

El mercado internacional está muy pesado y la baja oferta de vacas y novillos aconseja a la industria no presionar sobre el mercado de hacienda en pie más allá de ciertos límites.

La ganadería argentina atraviesa una fase de retención, con sólo 40,5 por ciento de hembras en la faena en enero; los feedlots tienen mucha menos hacienda para operar con respecto a un año atrás (entre siete y 10 por ciento menos), y además las faenas se verán reducidas por los feriados de carnaval.

Consecuencias

El consumo está muy débil, como nunca en los últimos diez años, y el precio del novillito (de entre 350 a 400 kilos) ha subido desde enero del año pasado un 58 por ciento. El escenario muestra oferta baja, consumo en caída, precios altos para el ganado y más aún para la carne.

Apenas la exportación aumenta su demanda, o el consumo circunstancialmente se recupera, queda a la vista el daño enorme causado en la ganadería argentina: si se anualiza la faena del último trimestre, se advierte que la producción de carne resultante relacionada con la población es de sólo 62 kilos per cápita, que alcanzaría sólo para exportar 300 mil toneladas y consumir 54,5 kilos por habitante. Si se afirma o se acentúa la retención de vientres, la disponibilidad de carne para consumir o exportar puede ser menor aún.

En 17 partidos de la provincia de Buenos Aires se encontró en la última vacunación (durante la primavera 2015) unos 2,27 millones de terneros, un 6,1 por ciento más que en igual momento del año anterior.

Hay más terneros, y una mejor relación ternero/vaca en casi todos los distritos bonaerenses encuestados. Inclusive en los partidos más afectados por la inundación, donde el mayor stock puede atribuirse al hecho que se compara con los datos de 2014, cuando evidentemente la despoblación y la mortandad, también por inundación, fueron peores que durante el año pasado.

Fuente: La Voz del Interior - Ignacio Iriarte

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