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Fuerte valorización de la ganadería

La oferta de terneros sigue siendo baja, pero la demanda, alta. La hacienda está demostrando ser una buena reserva de valor. En una amplia zona del país, de manera incipiente, miles de agricultores están intentando volver a a la ganadería.
19/10/2014 05:37 hs

La relación de compra-venta (ternero de invernada mestizo de 180 kilogramo/novillo Liniers) se ha incrementado fuertemente en los últimos meses, hasta lograr hoy un sobreprecio de un 46 por ciento. Para lograr un cociente similar hay que remontarse al período 2011-2012.

Varios factores contribuyen a explicar esta fuerte valorización relativa.

Si analizamos la oferta, la misma es muy baja por razones estacionales, aunque también hay que consignar que este año la escasez es particularmente acentuada.

A los consignatarios y feriaros les cuesta presentar un lote de terneros de cierto volumen y también armar un remate.

La mayoría ya no tiene nada para vender y los que conservan algún lote, lo retienen a favor del excepcional estado de los campos y la incertidumbre general.

Varios factores, a su vez, justifican la firmeza de la demanda: por un lado, y como novedad, aparecen en escena con mucha fuerza los invernadores tradicionales (La Pampa, Córdoba), que en esta primavera tienen los campos muy empastados, teniendo muchos de ellos además maíz o sorgo en los silos.

El invernador paga unos pesos más por kilogramo que el feedlotero, que a su vez vende y no quiere quedarse con los pesos en la mano hasta la próxima zafra.

Valores

Los feedloteros se habrían puesto como límite de precio a pagar los 21 pesos por kilogramo.

Muchos pequeños productores a lo largo de todo el país, ante un panorama de campos empastados, maíz barato e incertidumbre generalizada, prefieren hoy comprar invernada, agregándose a la demanda de los invernadores y feedloteros.

La hacienda, en un año particularmente complicado como el que estamos viviendo, está demostrando ser una buena reserva de valor.

Los agricultores que venden su cosecha, los feedloteros que venden su gordo liviano y los invernadores que venden sus novillos, no quieren quedarse con pesos, y son capaces de comprar invernada, aún sabiendo que están pagando una prima altísima.

En una amplia zona del país, aunque de manera por ahora incipiente, miles de agricultores están intentando volver a la ganadería.

Lo hacen después de años de fracasos por razones climáticas y ahora por los bajos precios de los granos.

Eligen, desde ya, el peor momento para hacerse de invernada, tanto en calidad, como en precio.

El refugio

Todos (agricultores, invernadores, inversores independientes, pequeños productores) tienen un común denominador: huyen del peso.

En los próximos meses, por razones climáticas (exceso de lluvias) y también económicas (baja de los granos), se calcula que mucha superficie agrícola quedará sin uso, y muchos piensan sembrar un verdeo de verano, o un sorgo o un maíz para silaje.

Precios muy bajos para los granos, superficie agrícola ociosa y una buena relación carne/grano pueden sostenerse por un par de años. Y para adaptarse a esa nueva realidad es necesario disponer de terneros.

Todos perciben, además, que el precio actual de la hacienda no es sólo favorable en relación al maíz, sino también a la alimentación en general: pasturas, silajes, subproductos, verdeos.

Lejos de los puertos, los altos fletes fuerzan a convertir el grano o el forraje en carne.

La Voz del Interior - Ignacio Iriarte

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