Si bien el granizo afectó lotes de trigo en Paraná Campaña, señalan que permitirá recuperar recursos hídricos y sirve para el maíz.

Las intensas lluvias azotaron a la zona centro oeste de Entre Ríos, fundamentalmente en los departamentos Paraná y Diamante, con promedios de precipitaciones que alcanzan los 200 milímetros en 24 horas. De todos modos, para el campo entrerriano, reconocen que a pesar del temporal y algunas pérdidas en lotes afectados por granizo, sirve para mejorar los recursos hídricos y aumentar la producción.

"En general, la lluvia fue bienvenida. Las reservas estaban escasas adecuadas y esto permite una recarga interesante del perfil", planteó Pablo Fontanini, ingeniero de la Bolsa de Cereales de Entre Ríos, en diálogo con Nahuel Amore de DOS FLORINES. Según distinguió, el epicentro de la tormenta se dio en Paraná, mientras que no se registraron precipitaciones en el norte del territorio provincial. "Fueron del centro hacia el sur", acotó.

Consultado por las consecuencias sobre la producción, analizó que "obviamente demora y complica un poco la cosecha de los lotes de trigo", aunque consideró que "el avance de la cosecha es escaso todavía y se extiende". "Por ahora no hemos tenido registros de pérdida en los rendimientos de lotes de trigo a causa de la lluvia al día de hoy", sostuvo. Incluso, señaló que "para los lotes de maíz es una lluvia muy buena porque en 10 o 15 días empezarían a florecer y es el período crítico del cultivo".

Respecto del granizo que cayó en algunos campos de Paraná Campaña, sobre todo María Grande y La Picada, indicó que "todavía no se ha determinado bien el área" por lo que no tienen precisiones. "Algunas fotos muestran piedras de tamaños importantes y lotes dañados, que a simple vista significa una pérdida del 50%. Obviamente, dentro de tres o cuatro días cuando vaya el perito, si el trigo estaba asegurado, se puede hacer una estimación más certera del daño", aclaró.

Por otra parte, en relación al fenómeno meteorológico para esta época del año, con abundantes lluvias, Fontanini lo ve como positivo. "En general, se asocia a los eventos Niño con mejores o altos rendimientos o por encima del promedio en lo que es soja y maíz. Normalmente, diciembre y enero son deficitarios en precipitaciones, es decir, las lluvias no alcanzan a cubrir la demanda que tiene el cultivo, entonces eso va en caída del rendimiento", explicó.

En esta línea, agregó que "en los años Niño, esta situación se revierte porque hay un plus de precipitaciones y permite al cultivo manifestar gran parte de su potencial o todo el potencial en base a la tecnología que aplica el productor".