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Detalles de la investigación de técnicos de SIBER Actualidad

Aseguran que los productores sojeros perdieron 3.500 pesos por hectárea sembrada

Se sembraron 1.345.000 hectáreas de soja en la Provincia y de ese total el 87% es soja de primera. El rendimiento promedio será de 1.700 kilos por hectárea. Excesivas lluvias, humedad y temperatura por encima de lo normal, un combo fatal.
30/05/2016 15:49 hs

Hasta el 31 de marzo de 2015 se cosechó en Entre Ríos el 3% de la soja de primera pero en abril y a partir de las excesivas lluvias la cosecha se atrasó un mes, con consecuencias nefastas. Los productores sojeros entrerrianos perdieron en esta campaña 3.500 pesos por hectárea cultivada, con una pérdida total de 5 millones de pesos que debe soportar el trabajador del campo junto a las cooperativas y acopios, que son las principales fuentes de financiamiento. La más afectada fue la soja de primera.

En diálogo con Campo en Acción Pablo Fontanini, miembro del Proyecto SIBER de la Bolsa de Cereales de Entre Ríos comentó que durante los primeros 20 días de abril se detectó una lluvia por día y hubo en total siete días con lluvias por debajo del milímetro o sin precipitaciones, pero primaron lluvias por encima de lo normal. “La media se triplico. La media provincial es de 120 milímetros y estamos hablando ahora de una media de 350 milímetros con situaciones extremas en el norte de la provincia, como por ejemplo en el departamento Feliciano donde hubo montos de 700 milímetros”, explicó el ingeniero agrónomo.

La cosecha de soja de primera se retomó entre fines de abril y principio de mayo, y también se dio inicio a la cosecha de soja de segunda. “A las lluvias se debe sumar que la temperatura se mantuvo dos grados y medio por encima de lo normal, y la humedad relativa se incrementó un 10%, es decir que hubo una media de humedad relativa del 90%. La combinación perjudicó mucho al grano, lo pudrió, lo hizo brotar y hoy estamos viendo en los avances semanales que el daño se mantuvo por encima del 30%”, dijo.

Fontanini puso énfasis en la inversión del productor para la siembra de la oleaginosa. “Podemos tomar un valor promedio de 7.900 pesos por hectárea, lo equivalente a alrededor de 2.230 kilogramos por hectárea. Si se analizan los promedios provinciales, 2.300 kilos, da un retorno del 4%. Hoy vemos que en el campo hoy hay una gran inversión con bajo retorno, y siempre estamos expuestos a factores climáticos adversos que hacen que sea de alto riesgo”.

Se sembraron durante esta campaña 1.175.000 hectáreas de soja de primera y se estima que hay un 10% que ya no se cosechará. “En soja de segunda el porcentaje es mucho menor, pero en esta campaña que el área total se ubicó 1.345.000 hectáreas y el 87% fue de soja de primera, con lo cual el impacto es muy negativo”.

Fontanini manifestó que si bien queda un resto por cosechar, estiman que el rendimiento promedio provincial rondará los 1.700 kilos por hectárea. “Si lo dividimos sobre la superficie que se sembró y aplicamos el factor promedio que estamos evaluando, vemos que el productor recibirá pago por un rendimiento de aproximadamente 1.250 kilogramos, lo que implica que tuvo una pérdida de 3500 pesos por hectárea sembrada. Si la inversión total fue (teniendo en cuenta la superficie sembrada) de 10 mil quinientos millones de pesos, estamos hablando de una pérdida de 5 mil millones de pesos que tiene que soportar el productor, junto con las cooperativas y acopios que son las principales fuentes de financiamiento que tiene el productor en Entre Ríos”, especificó el consultado.

Las pérdidas son en relación a la producción de soja. El maíz de primera tenía, para fines de marzo un importante grado de avance, al igual que el arroz y sólo quedaba un porcentaje de sorgo.

“La más perjudicada fue la soja que representa entre el 55 y el 60% de lo que se siembra en cuanto a grano grueso”, aclaró Fontanini.

Campaña de invierno

“Vemos que si bien al 31 de marzo la intención de sembrar trigo por parte del productor era muy alentadora, hoy el déficit que debe enfrentar el productor, quien además no encuentra herramientas viables para solucionar la situación, actualmente hace que se comprometa el área. Si bien creemos que se incrementará, pero eso impactará en el paquete tecnológico que se le aplique, en menor fertilización y esto repercute en el rendimiento y en la calidad a obtener”, señaló el consultado.

La siembra de colza disminuyó y la superficie de lino rondará las 12 mil hectáreas, similar al año pasado.

Perspectiva climática

Fontanini dijo que los modelos climáticos internacionales muestran que ese calentamiento del Pacífico que caracterizo este Niño intenso está entrando en una etapa de neutralidad, y posiblemente para la campaña de gruesa 2016 - 2017 se encuentre el pacífico ecuatoriano en un estado de neutralidad o puede inclinarse incluso hacia una leve Niña.

Fuente Campo en Acción

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