Los productores ven la caída del costo del dinero como algo positivo, pero todavía están reticentes
La baja de tasas de las últimas semanas es leída por el campo como una tendencia positiva, pero que no empuja aún a la toma de créditos porque en el sector siguen considerándolas "muy altas". Así lo relata Gabriela Origlia en su articulo de LA NACION.
Para el economista Jorge Ingaramo, fuera del uso de las tarjetas diseñadas especialmente para el sector, el 60% de los productores que mueve la actividad "no concurren a los bancos; los agrícolas se autofinancian y los criadores terminaron vendiendo vacas porque las tasas eran imposibles".
Desde el Ieral, Juan Manuel Garzón señala que la baja todavía no alcanza: "En general, para los productores siguen altas. Estamos en una etapa en la que hace falta financiamiento para labores hasta llegar a la cosecha. El que tiene trigo tiene la posibilidad de no venderlo y esperar, pero si hay necesidades, es complicado; la situación no es fácil".
Raúl Catta, presidente de la Asociación de Productores de Leche, considera que el nivel actual aún es alto, porque el grado de endeudamiento del sector es muy elevado, fruto del impacto de la devaluación y la sequía, que no permitió hacer reservas. "Hubo que comprar alimentos con precios del producto de quebranto; no quedó otra que endeudarse o liquidar vacas", dice. "A estas tasas no conviene tomar financiación -continúa-. Lo hace el que no tiene más remedio; el maíz que se sembró para silo se debe todo. Las expectativas están puestas en la cosecha".
El consultor en ganado y carnes Víctor Tonelli grafica el descenso con una figura de andinistas: "Estábamos en el Everest y pasamos al Kilimanyaro. Claro que estamos mejor en torno al 45% que en el 70%, pero todavía son valores inabordables. Si se mantiene la tendencia y se llega al 35%, empezaremos a ver los efectos".
Garzón pone sobre el escenario otro aspecto del debate: ¿la demanda de créditos depende más de la actividad o del nivel de tasas? A su entender, el primer factor tiene más peso. "Los requerimientos aparecerán, más allá de la tasa, a fines de abril o mayo, cuando la cosecha esté lanzada y los granos estén en el silo o en el camión. Recién cuando empiece a entrar plata y el productor recupere confianza puede notarse movimiento".
Desde Cartez Córdoba, Walter Bonzi coincide en que, pese a la reducción, "sigue siendo alta". Y añade: "Es cierto que estuvieron bastante más arriba, pero es imposible tomar dinero a este interés, porque el valor está lejos de nuestras posibilidades. La dinámica complica mucho a las economías regionales y donde hubo inundaciones".
La conducta de los productores es de cautela: salvo necesidad, evitan financiarse. Mantendrán esa posición hasta que avance la cosecha y estén seguros de que si toman créditos podrán responder.
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