Tras visitar la Universidad de Wageningen, Negri celebró un acuerdo con esa casa de estudios para mejorar el intercambio tecnológico, especialmente en fruticultura y horticultura y para trabajar en cadenas de valor. "Buscamos ganar competitividad en las economías regionales", precisó Negri desde Holanda.

Además, con el servicio sanitario holandés, equivalente al Senasa argentino, se firmó un convenio para mejorar los procesos burocráticos en cuanto a la compra y venta de granos. "La simplificación de los procesos burocráticos es uno de los objetivos que tenemos, no solo internamente, sino externamente. Esto permite facilitar los procesos de exportación y los certificados de calidad", señaló.

En el rubro frutas y hortalizas, como parte del acuerdo con la Universidad de Wageningen el objetivo es lograr mayor calidad y productividad, además de mejorar la producción en invernaderos. Entre el 40 y el 50% de los invernaderos en Holanda son de flores.

Otro tema de interés para la Argentina es la gestión del agua. Holanda tiene dos tercios de su superficie por debajo del nivel del mar, pero con una ingeniería de manejo del agua logra altas productividades. Además, con el manejo de cadenas de valor accede a mercados premium con variedades diferenciadas en peras, manzanas, entre otros productos.

Respecto del entendimiento con el servicio sanitario holandés, el convenio apunta a que los mismos certificados del Senasa sean tomados como válidos por su par de Holanda. Esto ayudaría a la mercadería que llega ese mercado y luego va a otros destinos. "Es para tener más competitividad y bajar los costos transaccionales", explicó Negri.

Cabe señalar que Holanda es el segundo exportador de productos agroindustriales del mundo, luego de los Estados Unidos. El agro representa el 10% del PBI, el 10% del empleo, el 25% de las exportaciones y el 50% del valor agregado en las ventas al exterior.

En 2016, los principales componentes de las exportaciones argentinas a Holanda son alimentos y bebidas elaborados (US$ 619 millones), productos vegetales (US$ 283 millones), productos a base de carnes y cueros animales (US$ 132 millones) y productos químicos (US$ 61 millones).

Mientras, las importaciones desde Holanda se basaron especialmente en minerales (US$ 188 millones), químicos (US$ 80 millones) y máquinas y aparatos (US$ 57 millones).