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La producción ovina pide pista en Entre Ríos

Ricardo Garzia, titular de la filial de Mansilla de la FAA, destacó que "Entre Ríos tiene cultura ovina". La provincia finalizó 2014 con un stock ovino de 530.000 cabezas, mientras que en 2013 contaba con 400.000 cabezas.
06/03/2015 16:40 hs

En la filial de Mansilla de la Federación Agraria Argentina (FAA) se constituyó en 2012 una cooperativa agropecuaria, entidad que impulsa la marcha de un proyecto de industrialización de carne ovina. Días pasados, se realizó un taller de tres jornadas con el objetivo de afianzar los principios cooperativos, cómo estamos hoy y cómo vamos a seguir adelante. En el encuentro se analizó la puesta en marcha del proyecto.

Según explicó a Momento de Campo el presidente de la filial de Mansilla de la FAA, Ricardo Garzia, “este emprendimiento constituyó la compra de lo que era el ex frigorífico municipal que paso por manos privadas y que adquirió la cooperativa en marzo de 2014. Diseñado a medio terminar con algunas partes nuevas y otras incompletas, la idea de este frigorífico es hacer un proceso de industrialización de carne ovina, no va a faenar y vender el animal entero, es decir tendrá un proceso de faena, enfriado previo, trozado íntegro del animal, se harán bandejas que se envasan al vació con los cortes. Estas bandejas se envasarán en cajas de 15 kilos y se congelan. Entonces el producto es distinto corte en los animales envasados en bandejas, cajas y congelados”.

Al hacer referencia a la actualidad de este proyecto, el dirigente explica que se encuentra “prácticamente en un 80% desde el punto de vista del equipamiento, es decir todavía tiene algo de equipamiento, tiene una cámara completa, lleva tres cámaras de fríos distintos, la cámara uno y dos que son las del proceso industrial o de agregado de valor, está la parte de los paneles, la cámara tres que es de congelados está completa con sus equipos de frío. Además en la parte del edificio, se modificaron las paredes, el riel para colgar mercadería, se han instalado todos los servicios de agua, energía eléctrica, generador de guarda para cuando se corta el suministro de energía. Todo está muy avanzado pero faltan cosas importantes, por ejemplo falta la adquisición de la caldera que es un elemento central en una planta frigorífica, lo estamos gestionando y viendo la forma de cómo vamos adquirir esa unidad de calor”.

Una parte esencial de este proyecto es el factor humano. La cooperativa, base de la filial de Federación Agraria, esta formada por 35 socios, productores de distinta escala y tipo. “Tenemos un porcentaje menor de productores ovinos, aunque cabe aclarar que gran cantidad de los ovinos de la provincia no está en el circuito formal, es decir muchos tienen ovejas no inscriptas. Muchos de esos productores, no la totalidad pero si gran parte de ellos” señaló Garzia. A su vez, comentó que “hay un listado de otros 30 productores que han manifestado por escrito el interés de ingresar a la masa societaria de la cooperativa”.

Si bien, según explica el dirigente, imaginaban un grupo de trabajo más pequeño, con una distancia a nivel departamental, pero al realizar cálculos determinados y ver la capacidad de faena, “el proyecto tomó un matiz provincial”. El frigorífico tendrá una capacidad de faena aproximada de 2.900 animales mensuales y el departamento Tala no alcanza a proveer las cabezas del frigorífico, por lo que “empezamos a realizar un revelamiento provincial en materia de stock ovina en sus diversas categorías”. La provincia tiene medio millón de cabezas ovinas inscriptas, sin contabilizar las no inscriptas.

Según Garzia, “antes que termine el año deberíamos estar faenando, objetivo que surgió de estos talleres y la conversación de la gente. El financiamiento y los aportes de los socios no son siempre fácil de conseguir, sobre todo porque en el caso del financiamiento privado es una idea necesaria para la provincia”. Está creciendo el stock ovino, “la ley ovina está promocionando mucho la compra de vientres, por lo tanto el stock en la provincia va a seguir creciendo, es un proyecto que va a andar y estamos trabajando cotidianamente”.

La Ley 25422, para la Recuperación de la Ganadería Ovina, procura dar nuevas oportunidades a una explotación que en la provincia de Entre Ríos fue gravitante, pero después decayó por falta de rentabilidad. Es la oportunidad para reactivar la generosa producción de los ovinos tanto en lana como en carnes.

ENTRE RÍOS, EXCELENTES CONDICIONES

Argentina, y en especial la provincia de Entre Ríos, tiene zonas con excelentes condiciones que permitirían alcanzar altísimos niveles de producción. “cuando la Argentina tenía 27 millones de cabezas, nuestra provincia contaba con siete millones. Tenemos muchas personas que saben de producción, tanto sea de carne como faena o textil. Tranquilamente Entre Ríos puede producir. Hay estudios y trabajos donde la ganadería ovina convive que la vacuna, con muy buenos números por hectárea, además hay pastura y excelente clima para hacer una excelente producción ovina” explicó Garzia, al mismo tiempo que destacó “En Entre Ríos hay cultura ovina”.

La provincia de Entre Ríos tenía un stock ovino de 400.000 cabezas en 2013, cifra que a partir de la promoción de la actividad creció en todas las categorías, y finalizó 2014 con 530.000 cabezas. Hasta 1930 la actividad vivió su apogeo, con buena demanda europea de lanas y carnes.

Es común encontrar las majadas de consumo en los establecimientos entrerrianos, pero cada vez es más típico encontrar productores cuya principal actividad sea el ovino, hoy es una actividad que se presenta en crecimiento. La mayor cantidad de cabezas en la provincia se encuentran en los departamentos de Gualeguay, Gualeguaychú, Federal y La Paz, mientras que “el departamento Tala no tiene mucha producción, falta formalizar muchas de las cabezas” señaló el dirigente.

Para Garzia, “hay un problema con la venta de la carne ovina, esto tiene que ver con la concentración anual, es decir es muy estacional. Dos veces al año se consume mucho cordero entero (las fiestas de fin de año) y los productores venden toda su producción. Hay un exceso de oferta y el consumo está acostumbrado para uno o dos momentos al año. Con el frigorífico se pretende que, mediante cortes específicos de 1 kilo o 1 y ½ kilos, se pueda comprar en una bandeja haciendo que se desestacionalice tanto el consumo como la venta de los productores, y así puedan vender durante todo el año. El consumidor a la hora de elegir el tipo de carne, ya sea pollo, cerdo o bovinos, tenga para elegir y siempre se encuentre con cordero”.

Fuente: Momento de Campo

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