¿Qué carne se come hoy en las casas argentinas? Las regulaciones dictadas por el gobierno nacional cuatro años atrás imponiendo un kilaje mínimo de 300 kg deberían haber significado una virtual desaparición de la ternera de los mostradores de las carnicerías, pero lejos de concretarse esas normas, se siguen mandando al matadero animales que pesan menos de 200 kgs, !más terneros que nunca¡
Así lo admiten operadores del mercado cárneo regional consultados por punto biz. "El mismo sistema tira la faena a menor peso para generar una venta rotativa. Es que vender diez animales por semana no conviene frente a la posibilidad de comercializar diez terneros por día, en un mercado que tiene cada vez más costos. En ese contexto se fuerza el peso al máximo permitido y en muchos casos se violan las normativas. Pero el problema es la falta de estímulos, la ausencia una polìtica de Estado que termine con esa práctica", explicó a punto biz Daniel Olivera, matarife de Santa Fe.
Tan forzado aparece el frigorífico mediano o pequeño a despostar ganado por debajo del peso permitido que hasta se complica la venta a algunas cadenas de venta minorista. "El sistema en general aparece más inclinado a la comercialización de medias res con menos kilos, hasta el consumidor final se acostumbró a comer carne tierna. Si hasta dejaron de adquirir novillos porque les parece muy duro", se quejó otro empresario pequeño, Luis De Fassio, quien desde Laguna Paiva regentea el frigorífico Nono Gringo.
El gobierno prometió a comienzos de 2014 intensificar los controles para regular la faena con un peso mínimo de 300 kilos, e impuso sanciones más duras para los infractores, pero a juzgar por las entidades cárnicas, el promedio actual llevado a desposte rondaría los 200 kilos por animal. Si se tiene en cuenta que durante el año pasado se faenaron 13 millones de cabezas, los 26 kilos que se perdieron por animal representan 338.000 toneladas de carne, el equivalente a más de 1,4 millones de cabezas, la misma cantidad de terneros que nacen en un año. Las estadísticas de faena indican una mayor presencia de categorías bovinas de bajo peso (terneros y terneras). En el primer trimestre del año, los terneros fueron los que más crecieron, un 15%.
"El stock está muy resentido. Así se verifica en los feed lots con los que yo trabajo. Ahora con la problemática de las inundaciones en la zona de islas tenemos un nuevo factor negativo", aportó Olivera.
Desde Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) se encargaron de graficar la gravedad del fenómeno. "Faenar no es negocio en Argentina", planteó el vicepresidente de la institución, Néstor Roulet.
Los errores de la política ganadera se remontan a mediados de la década anterior. Con una mirada miope sobre cómo asegurar el aprovisionamiento interno se frenaron las exportaciones y el desaliento de los productores desembocó en una fuerte pérdida de stocks, matanza de vacas madres incluida, que terminaron llevando los precios locales por las nubes y se perdían mercados en el exterior.
"El planteo gubernamental fue exportar menos para bajar los precios en el mercado interno y eso no sucedió", argumentó Roulet. "Cuando se vendía afuera se hacía sobre el animal grande de 500 kilos, de eso se recuperaban 300 kilos para el mercado interno y se exportaban 30 kilos. Pero la merma en la exportación implicó que ya no se hagan animales de 500 kilos. La cuenta nos dice que hay matar más animales porque se sigue consumiendo la misma cantidad", indicó.
Punto Biz
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